Un grupo de científicos de la Universidad de Harvard vienen analizando la viabilidad de un proyecto que contempla instalar una especie de “paraguas” en la estratosfera para bloquear un poco los rayos del sol y enfriar el planeta, con el objetivo de enfrentar el calentamiento global.
El proyecto ha generado polémica pero lo que buscan hacer estos científicos ambientales, ingenieros, economistas y politólogos, es generar una neblina de partículas para proteger a la Tierra del sol, una propuesta de la cual se habló por primera vez en 1950 y que ha ganado popularidad dentro de la ciencia.
“Conocido como geoingeniería solar, el concepto busca enviar aviones a la estratosfera, de 6 a 31 millas (9 a 50 kilómetros) por encima de la Tierra, para rociar partículas que pueden reflejar la luz solar al espacio y enfriar el planeta”, explicó Harvard.
El proyecto es liderado por David Keith, docente de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson de Harvard (SEAS) quien con el grupo de científicos espera descubrir algunas respuestas sobre las posibilidades de este proyecto denominado como el Experimento de Perturbación Controlada Estratosférica (SCoPEx).
Los investigadores han explicado que la misma naturaleza ha brindado un ejemplo de la forma como se podría desarrollar el proyecto luego de evidenciar que las grandes erupciones de los volcanes emiten dióxido de azufre generando una especie de aerosoles en la estratosfera que dispersan los rayos de luz.
Por ejemplo, el Monte Tambora (Indonesia) entró en erupción en 1815 expulsando un volumen histórico de cenizas y dióxido de azufre en el aire, el cual permaneció en la atmósfera sombreando el planeta e interrumpiendo el clima en todo el mundo.
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El proyecto
El grupo de científicos ha considerado que en el escenario actual de emisiones de gases efecto invernadero será muy difícil cumplir con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura del planeta y reducir las emisiones en aproximadamente un 45 % para 2030 y a cero para 2050.
“Si solo reducimos las emisiones para alcanzar los objetivos de la ONU, necesitaríamos llevarlos a cero para los años 2021 o 2022, y eso claramente nunca sucederá. Es una idea puramente utópica. Debido a esto, incluyen en sus modelos una tecnología de emisiones negativas que aún no tenemos porque no existen”, consideró Frank Keutsch, profesor de Ingeniería y Ciencias Atmosféricas que participa en el proyecto.
De acuerdo con el experto, al ver este tipo de escenarios en en el que cada vez más se acerca la fecha límite para reducir las emisiones, los científicos se han vuelto más abiertos a las soluciones de ingeniería.
“Una cosa que sabemos que puede enfriar el planeta rápidamente es poner partículas en la estratosfera. Los eventos naturales nos han enseñado que en 1991, el Monte Pinatubo de Filipinas entró en erupción, liberando 20 millones de toneladas de dióxido de azufre en la estratosfera. Después, el globo entero se enfrió medio grado Celsius durante más de un año”, explicó Keutsch.
En ese sentido, el proyecto busca imitar este tipo de escenarios pero un aspecto que ha generado preocupación son los cambios que se podrían generar en los patrones climáticos de la Tierra y en la posible afectación de la capa de ozono.
De acuerdo con Keutsch, este tipo de proyecto no generaría turbidez en la atmósfera pero reconoce que si podría hacer que los amaneceres sean de rojos más vivos. Además, resaltó que es necesario evaluar este tipo de medidas para que en un escenario más dramático se tengan alternativas y propuestas para tomar una decisión.
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Las pruebas
Para comenzar a obtener más información, el grupo de investigación quiere enviar un globo y una góndola a control remoto a la estratosfera en algún lugar sobre el suroeste del planeta, donde los espacios abiertos y las condiciones meteorológicas deberían ser favorables para el lanzamiento.
En ese sentido, el equipo rociará un aerosol durante unas pocas millas en un área de expansión lenta de unos 600 pies de diámetro, para luego volver a serpentear a través de esta zona y medir cómo han reaccionado el aire y el aerosol con el tiempo.
“El experimento es pequeño y no provocará respuesta climática. Solo se rociarán unos pocos cientos de gramos de material en la estratosfera, mucho menos que la cantidad que emite un vuelo típico de avión”, explicó Keutsch.
De acuerdo con el experto, se está analizando que tipo de elemento o químico rociar en el cielo ya que las únicas partículas que se encuentran en la estratosfera contienen agua y ácido sulfúrico, que se produce a partir del dióxido de azufre volcánico.
“El ácido sulfúrico es un problema porque tiene efectos secundarios preocupantes: enfría la Tierra, pero también destruye la capa protectora de ozono y calienta la estratosfera. Los químicos creen que la solución podría ser el carbonato de calcio: material de tiza, piedra caliza, mármol y conchas marinas”, explicó Harvard.
En ese sentido, los investigadores creen que este tipo de productos son menos dañinos para el ozono y no representa un gran problema para la salud, por lo que vienen analizando cómo esta sustancia puede afectar los óxidos de cloro y nitrógeno, que también existen en la estratosfera y que aceleran la destrucción del ozono.
No obstante, los investigadores consideran que el carbonato de calcio podría ayudar a reducir los niveles del óxido de cloro y nitrógeno en la estratosfera.
Frank Keutsch aclaró que en caso de que este proyecto de geoingenieria tenga éxito no necesariamente quiere decir que el problema del cambio climático está solucionado porque solo es una respuesta a los efectos devastadores de ese escenario.
“La razón es obvia: No aborda la principal causa. Entonces, cuando hacemos esto y seguimos emitiendo CO2, tendríamos que poner más y más partículas en la atmósfera y en algún momento eso se convierte en un escenario loco e incontrolable”, manifestó Keutsch.
En ese sentido, los científicos resaltaron que la única solución sostenible es que la humanidad cambie sus actitudes y comportamientos para reducir en gran medida las emisiones contaminantes, ya que es el principal punto de partida para tratar de evitar que los efectos del cambio climático sean cada vez más devastadores.