Un volcán frente a la costa de Nueva Zelanda hizo erupción este lunes y arrojó una enorme nube de ceniza y vapor mientras decenas de turistas exploraban su superficie de aspecto lunar, dejando por lo menos cinco personas muertas y una decena de desaparecidas, las cuales se teme que podrían haber fallecido.
Los rescatistas aterrizaron en helicóptero en la isla White a pesar del peligro y ayudaron a evacuar a decenas de sobrevivientes, algunos de ellos heridos de gravedad.
Horas después del desastre, las autoridades dijeron que el sitio seguía siendo demasiado peligroso para que policías y rescatistas buscaran a los desaparecidos.
Entre los lesionados y los que desaparecieron hay neozelandeses y turistas de Estados Unidos, China, Australia, Gran Bretaña y Malasia, dijo la primera ministra Jacinda Ardern.
Algunos de los que exploraban el volcán eran pasajeros del crucero Ovation of the Seas de Royal Caribbean, atracado en la vecina isla North.
“Dios mío”, escribió en Twitter Michael Schade, que compartió un video de la erupción. “Mi familia y yo habíamos salido de allí 20 minutos antes; estábamos esperando a nuestro bote a punto de irnos cuando lo vimos. La travesía de vuelta atendiendo a la gente rescatada por nuestro bote fue indescriptible”.
En su video se veía un muro de ceniza y vapor en torno a la isla, y un helicóptero muy dañado y cubierto de ceniza. Una mujer sufrió lesiones graves, pero parecía “fuerte” hacia el final del viaje.
En las imágenes se aprecia la enorme columna de humo, que según los expertos alcanzó los 3.000 metros de altura, que sale desde la caldera mientras varias personas son rescatadas desde un pequeño muelle de la ínsula volcánica cubierta por un manto grisaceo.
Tras el terrible desastre de inmediato surgió la pregunta de por qué se permitía que personas visitaran la isla a unos 50 kilómetros (30 millas) de la costa de Nueva Zelanda después de que los científicos registraran un aumento en la actividad volcánica en semanas recientes. La isla White es la punta de un volcán subacuático.
Las autoridades han explicado que al menos 47 personas se encontraban en la isla cuando ocurrió la erupción y algunas caminaban por el borde del cráter justo antes de que se presentara ese fenómeno.
Además de los muertos y desaparecidos, 31 personas fueron hospitalizadas y tres más fueron dadas de alta. Asimismo, las autoridades reportaron que algunas de las víctimas tienen quemaduras graves.
Las autoridades neozelandesas han establecido un perímetro de seguridad y la cancelación inmediata de todas las excursiones, incluidas los barcos turísticos, alrededor de la isla, visitada cada año por unas 10.000 personas.
La agencia GeoNet, que monitorea la actividad volcánica y sísmica en Nueva Zelanda, subió el 18 de noviembre el nivel de alerta en la isla de 1 a 2 en una escala en donde 5 representa una gran erupción.
En ese sentido, las autoridades ya habían alertado sobre un aumento en la cantidad de gas de dióxido de azufre, que se origina en el magma en las profundidades del volcán. Además, los temblores volcánicos que se registraban en la zona habían pasado de débiles a moderados, lo cual evidenciaba que este estratovolcán venía aumentando su actividad.
Finalmente, las autoridades aseguraron que seguirán atendiendo a los turistas que fueron rescatados y en la medida en que se pueda tener acceso a la zona se iniciarán unos recorridos para encontrar a las personas que están desaparecidas.