Una parte de la selva del Amazonas, la más grande del planeta, lleva varias semanas ardiendo en medio de los grandes incendios que se vienen presentando en Brasil y que vienen siendo captados por los satélites en el espacio.
Este grave problema ha encendido las alarmas del planeta porque esta selva cumple un importante papel en la regulación del carbono y la mitigación del cambio climático, en medio de un escenario en donde el gobierno del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha restado importancia a estos incendios que ya han consumido miles de hectáreas.
El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE) reveló que entre enero y las tres primeras semanas de agosto se tuvieron 71.497 focos de incendio, el mayor número para el período en los últimos siete años, incrementándose en un 83 % respecto al mismo periodo de 2018.
Sin embargo, lo más grave es que más de 38.220 incendios se han registrado en la Amazonía, la mayor selva tropical del mundo, hábitat de millones de especies de fauna y flora y patrimonio ambiental de la humanidad.
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La extensión de los incendios en la región amazónica ha obligado a algunos estados, como Amazonas y Acre, a declarar situación de emergencia o alerta ambiental debido a que la concentración de humo ha multiplicado las enfermedades respiratorias y ha afectado el tránsito aéreo.
Arde la #Amazonia : #Brasil reporta incendios forestales récord pic.twitter.com/RVDUiWQ4cz
— Reuters Latam (@ReutersLatam) August 21, 2019
De acuerdo con el INPE, solo en la última semana se han afectado 68 áreas protegidas como reservas ambientales o indígenas en la Amazonía, lo cual ha conllevado a que cientos de comunidades ancestrales huyan de las llamas.
Precisamente, el pasado lunes ciudades como Sao Paulo y parte de los estados de Mato Grosso y Paraná, fueron afectados por la extensión de humo que prácticamente oscureció el día e impidió que los rayos del sol iluminaran estas regiones.
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Las causas
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU (NOAA) ha revelado imágenes satelitales que evidencian la magnitud de los incendios que se están presentando en la Amazonía.
Los incendios han generado grandes columnas de humo que han sido captadas por diferentes agencias espaciales. Además, los expertos han asegurado que este tipo de escenarios se han vuelto más frecuentes a pesar de que durante la historia la selva amazónica fue resistente relativamente al fuego por su humedad natural.
“Los incendios forestales allí hoy son causados por una combinación de sequías y actividad humana; La intensidad y frecuencia de las sequías, a su vez, se han relacionado con aumentos en la deforestación regional y el cambio climático antropogénico”, indicó la NOAA.
Precisamente, el bosque amazónico ha experimentado grandes sequías en los últimos años como en 2005, 2010 y 2015-2016, las cuales eran pronosticadas que ocurrieran una vez durante un siglo, lo cual reflejaría que el bosque más grande del planeta estaría perdiendo su capacidad de resistir estos fenómenos.
“Cuando los árboles tienen menos agua durante las sequías, arrojan hojas adicionales o mueren, dejando hojarasca y detritos en el suelo del bosque. Sin un dosel denso para retener la humedad, se pierde gran parte de la humedad del bosque”, indicó la entidad.
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Otro de los factores que estaría incidiendo en estos grandes incendios son la deforestación, la cual vienen aumentando de forma dramática por cuenta de la agroindustria en los últimos años, acabando con especies arbóreas que tienen un papel fundamental el el funcionamiento del sotobosque y los bordes de estos ecosistemas.
Un reciente informe sobre deforestación da cuenta que en el mes de julio se perdieron más de 225.000 hectáreas de bosques en la selva más grande del planeta, sin contar con las que se están consumiendo por las llamas durante las últimas semanas.
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Consecuencias
Que la selva más grande del mundo esté siendo consumida por las llamas tendrá serías consecuencias no solo en América del Sur sino en el planeta, ya que la Amazonía representa el 10 % de la reserva mundial de carbono almacenado y 50 % de los bosques del planeta.
La pérdida de bosques por los incendios y la deforestación también incidirá en la forma en la que el planeta reduce las emisiones a través de los bosques amazónicos, en un escenario de cambio climático que cada vez más se agudiza en la Tierra y porque estos bosques contribuyen con una parte importante del oxígeno del mundo.
Otro de los impactos estarán reflejados en la pérdida de biodiversidad que tienen estos ecosistemas en donde habitan miles y millones de especies de fauna y flora, muchas de las cuales aún no han sido descubiertas por la ciencia.
“El número de focos de calor registrado en la Amazonía ya es en un 60 % superior al de los últimos tres años y ese pico tiene relación con la deforestación y no con una sequía más fuerte como podría suponerse”, denunció el Instituto de Investigaciones Ambientales de la Amazonía (Ipam).
De acuerdo con la organización, los incendios provocados por agricultores y ganaderos se están saliendo de control y han complicado las labores para controlar las grandes conflagraciones.
“Si la sequía no explica los actuales incendios, la retomada de la deforestación de la selva sí lo hace. El fuego es normalmente usado por colonos y hacendados para limpiar el terreno después de la deforestación”, explicó el Ipam
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Asimismo, otro de los efectos de los incendios está reflejado en mayores emisiones de contaminación debido al humo que es emitido hacia la atmósfera cuando las llamas consumen a la vegetación de la Amazonía.
No obstante, otro factor que ha complicado el control de estos incendios es la falta de compromiso que ha tenido el gobierno de Brasil desde que el presidente Jair Bolsonaro llegó al poder, ya que ha propuesto un giro radical en política medioambiental promoviendo la explotación de la selva tropical, la legalización de la minería en las reservas indígenas y la reducción de la fiscalización en áreas protegidas.