Estos hombres estarán en un experimento espacial que busca mejorar el físico de los astronautas. Foto:
Un grupo de 12 hombres pasarán dos meses acostados en el marco de un experimento que busca encontrar las mejores condiciones de vida para los astronautas en sus misiones espaciales.
“Al principio te ves adelgazar cada día”, indicó Matthieu, uno de los participantes del estudio que se realizará en una clínica en Toulouse (Francia) en donde se analizará la ausencia de gravedad y sus efectos potenciales.
De esta forma, estos hombres estarán acostados en unas camas instaladas en la clínica de Medes, filial sanitaria del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES).
Los voluntarios que participan en este experimento espacial fueron escogidos entre 3.000 candidatos, cuyos apellidos no se comunicaron. Sus camas permanecerán inclinadas durante 60 días con un ángulo de -6 grados para recrear los efectos de la ingravidez a la que se ven sometidos los astronautas en el espacio.
“Hemos entrado en la fase exploratoria espacial. Estamos tratando realmente de ir a la Luna y a Marte, no es ninguna ficción y eso implica vuelos de largo recorrido, de dos a tres años”, explicó Audrey Bergouignan, del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS).
De esta forma, los científicos esperan identificar los efectos de la microgravedad en el sistema fisiológico y por eso los resultados de este experimento serán cruciales a la hora de planificar nuevas misiones espaciales.
“La exposición a la microgravedad impacta en el conjunto de los sistemas fisiológicos. Provoca alteraciones que tratamos de entender y de prevenir mediante protocolos que se ensayan primero en tierra”, indicó esta investigadora.
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El protocolo para llevar este ensayo es muy minucioso y por eso los 12 hombres cuentan con excelentes condiciones que garantizan su bienestar.
En la clínica todo está organizado para que los participantes puedan permanecer acostados y cerca de 100 personas estarán encargadas de seguirlos a lo largo del estudio, desde personal sanitario hasta investigadores.
“Tenemos condiciones muy favorables para permanecer encamados, cada vez que necesitamos algo basta con llamar al personal médico”, explicó Matthieu, un horticultor de 39 años al que su novia convenció de participar en el experimento por el que le pagarán unos 18.000 euros (19.300 USD) por tres meses de presencia en el lugar.
Para comparar la evolución del organismo en función del ejercicio físico realizado, los voluntarios se reparten en tres grupos: el primero tendrá que hacer 30 minutos de bicicleta cada día, otro que no hace ninguna actividad física y un tercero que debe pedalear dentro de una centrifugadora humana en movimiento.
“El objetivo es ver si la gravedad artificial creada por la centrifugadora, mientras gira, mejora los efectos del ejercicio físico de la bicicleta”, explicó Marie-Pierre Bareille, responsable de la clínica espacial a la que le confiaron el experimento el CNES y la Agencia Espacial Europea.
Si los resultados son favorables, esa gravedad artificial podría reproducirse a bordo de las misiones de larga duración en el espacio, una vez resueltas las dificultades técnicas.
De hecho, se espera que estos equipos desarrollen un gran físico y sean capaces de trabajar durante las salidas extravehiculares, las cuales requieren de un gran esfuerzo.
Por ejemplo, se ha identificado que en un posible viaje a Marte los astronautas podrían perder hasta un 15 % de su masa corporal.
De esta forma, los participantes del estudio tendrán que montar en bicicletas acostados y hacer todo tipo de ejercicios dentro de una centrifugadora.
“No me aburro aquí, todo el mundo es muy simpático… Estamos en contacto con las demás habitaciones. Organizamos torneos de videojuegos de Mario Kart o Fifa”, asegura Alejandro, un ingeniero aeronáutico español de 26 años que vive en Toulouse.
Los tres meses en los que este grupo de 12 hombres están bajo el experimento no serán los únicos necesarios para dar con los resultados previstos. En 2024 un nuevo grupo se unirá al estudio espacial.
El primer grupo concluirá el experimento con un regreso supervisado a la vida normal a inicios de julio. Otros 12 voluntarios se someterán a las mismas condiciones de vida en 2024.
La clínica solo seleccionó a hombres para “limitar las variables” entre los voluntarios y para obtener los resultados más “homogéneos” posibles.
“El conocimiento del hipersedentarismo le servirá a todo el mundo para saber cómo influye en el organismo la falta de ejercicio físico”, resaltó Marie-Pierre Bareille, al explicar que este estudio también podría traer beneficios a las personas de avanzada edad o que padecen patologías como la osteoporosis.
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