Un nuevo estudio realizado por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) reveló que una importante corriente oceánica en el Ártico es más rápida y más turbulenta debido al rápido derretimiento del hielo marino.
“La corriente es parte de un delicado ambiente ártico que ahora está inundado de agua dulce, un efecto del cambio climático causado por el hombre”, explicó la NASA.
De acuerdo con la agencia espacial, esta situación pudo ser identificada utilizando 12 años de datos satelitales los cuales permitieron medir la forma como ha variado esta corriente circular denominada como ‘Gyre de Beaufort’.
“La corriente ha equilibrado precariamente una afluencia de cantidades sin precedentes de agua fría y fresca, un cambio que podría alterar las corrientes en el océano Atlántico y enfriar el clima de Europa Oriental”, reseña el estudio.
En ese sentido, los científicos explicaron que esta corriente es la encargada de mantener el clima polar en equilibrio al almacenar agua dulce cerca de la superficie del océano.
De acuerdo con los expertos, esta agua dulce es muy importante en el Ártico ya que flota sobre el agua más cálida y salada ayudando a proteger el hielo marino del derretimiento, lo que a su vez ayuda a regular el clima de la Tierra.
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“El viento sopla el giro en el sentido de las agujas del reloj alrededor del Océano Ártico occidental, al norte de Canadá y Alaska, donde naturalmente recolecta agua dulce del deshielo glacial, la escorrentía del río y la precipitación. Luego, el giro libera lentamente esta agua dulce en el Océano Atlántico durante décadas, lo que permite que las corrientes de este océano se la lleven en pequeñas cantidades”, explicó la NASA.
DUROS CAMBIOS
La agencia espacial indicó que desde el año 1990 este fenómeno ha acumulado una gran cantidad de agua dulce, de aproximadamente 1.920 millas cúbicas. Además, se pudo establecer que este aumento se viene registrando por la pérdida de hielo marino durante el verano y el otoño.
“Este declive de décadas de la capa de hielo marino en el verano del Ártico ha dejado al Giro de Beaufort más expuesto al viento, que hace girar el giro más rápido y atrapa el agua dulce en su corriente”, indicó la NASA.
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Por su parte, Tom Armitage, el autor principal del estudio y científico polar del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, indicó que desde hace varios años los expertos han venido analizando los cambios de esta corriente oceánica por las implicaciones que tiene sobre el planeta.
“Si el Beaufort Gyre liberara el exceso de agua dulce en el Océano Atlántico, podría ralentizar su circulación. Y eso tendría implicaciones en todo el hemisferio para el clima, especialmente en Europa occidental”, explicó Armitage.
De acuerdo con el experto, el agua dulce que sea liberada hacia el océano Atlántico Norte también podría cambiar la densidad de las aguas superficiales.
“Esta importante corriente se llama Circulación de vuelco meridional del Atlántico y ayuda a regular el clima del planeta al transportar el calor del agua calentada tropicalmente a las latitudes del norte como Europa y América del Norte. Si se ralentiza lo suficiente, podría afectar negativamente la vida marina y las comunidades que dependen de ella”, indicó Armitage.
Finalmente, los investigadores destacaron que el deshielo que se viene registrando en el Ártico también podría generar cambios en la forma como se mezclan los nutrientes y el material orgánico en el océano afectando directamente las cadenas alimentarias y la vida en estos ecosistemas.
“Lo que este estudio muestra es que la pérdida de hielo marino tiene impactos realmente importantes en nuestro sistema climático. Los resultados revelan un delicado equilibrio entre el viento y el océano a medida que la capa de hielo marino disminuye por el cambio climático”, concluyó Alek Petty, científico polar en Goddard de la NASA.