Detectan grandes galaxias que habían sido invisibles para la ciencia

Una investigación de la Universidad de Tokio ha detectado una gran población de galaxias masivas que se formaron durante las primeras etapas del universo y que habían permanecido invisibles para los telescopios debido a su distancia.

El estudio fue publicado en la revista científica Nature en donde se revela que el descubrimiento de 39 galaxias plantea un desafío frente a los modelos de evolución del universo y permite abrir nuevas investigaciones sobre la creación de agujeros negros y la distribución de la materia oscura en el cosmos.

Los científicos sospechaban, desde hace tiempo, que las regiones más distantes del universo podrían contener unas grandes estructuras estelares, sin embargo, no habían podido identificarlas con los instrumentos más tecnológicos que se tienen en la actualidad.

“La luz que emitieron galaxias que se formaron durante los primeros 2.000 millones de años del universo, actualmente tiene 13.700 millones, debe desplazarse durante tanto tiempo que su señal es particularmente débil al llegar a la Tierra”, reseña el estudio.

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De acuerdo con los científicos, esta largas distancias hacen que la longitud de onda de la luz que emiten queden por fuera del espectro visible que tienen los instrumentos astronómicos.

Asimismo, otro de los problemas que se tienen es que estas galaxias de gran tamaño generalmente están rodeadas de densas nubes de polvo que dificultan su detección.

El equipo de la Universidad de Tokio fue liderado por Tao Wang, quien utilizó datos de observaciones en infrarrojo del telescopio espacial Spitzer y del gran conjunto milimétrico/submilimétrico de Atacama (ALMA) para identificar las nuevas galaxias del universo temprano.

“Fue duro convencer a nuestros colegas de que son tan antiguas como sospechábamos. ALMA tiene una visión afilada y reveló detalles en longitudes de onda submilimétricas, la mejor ventana del espectro para penetrar en el polvo que estaba presente en las primeras fases del universo”, declaró “, explicó Wang.

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De acuerdo con el científico, cuanto más masiva es una galaxia, también es mayor el agujero negro en su centro, por lo que el estudio de estas nuevas estructuras puede contribuir a comprender la formación de agujeros supermasivos en el universo.

Los investigadores japoneses destacaron que este descubrimiento obligará a replantear los modelos teóricos sobre la distribución de la materia oscura en el universo, que condiciona la creación y distribución estelar.

“Las galaxias recién detectadas tienen una estructura distinta a la de la Vía Láctea, por lo que un observador en un hipotético sistema planetario en su interior vería un panorama diferente al habitual desde la Tierra”, destaca la investigación.

Finalmente, el científico aseguró que el cielo nocturno estas 39 galaxias son  diferentes a la nuestra ya que si el sistema solar estuviera dentro de una de ellas y miráramos hacia el cielo se contemplaría algo completamente diferente a la Vía Láctea.

“Por un lado, el cielo nocturno parecería mucho más majestuoso porque la mayor densidad de estrellas haría que se vieran más cercanas, grandes y brillantes. No obstante, la gran cantidad de polvo significaría que las estrellas más lejanas serían más visibles, por lo que detrás de las estrellas cercanas y brillantes se vería un vasto vacío negro”, indicó Wang.