Una expedición científica ha descubierto unos campos de chimeneas y hábitats profundos a más de 2000 metros de profundidad en la dorsal del Océano Atlántico Norte, lo cual puede tener relación con unas emisiones de metano procedentes de la alteración de las rocas del manto terrestre.
El hallazgo ha sido realizado por la expedición ExploSea2, coordinada por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y el Instituto Volcanológico de Canarias, entre otros.
La expedición Hispano-Lusa #EXPLOSEA2 a bordo del Buque Oceanográfico ‘Sarmiento de Gamboa’ ha descubierto un nuevo jardín de corales en las Azores en la zona de la devastadora por la erupción del volcán de Capelinhos en 1959.
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— Ciencia, Innovación y Universidades (@CienciaGob) July 22, 2019
El IGME explicó que la expedición ha descubierto nuevos hábitats profundos como jardines de corales blandos en volcanes recientes y campos de chimeneas de carbonato, posiblemente relacionados con emisiones de metano procedentes de la serpentinización de rocas del mando terrestre.
Los científicos estuvieron durante 40 días en la expedición en la mar y navegaron más de 9.500 kilómetros para explorar las fuentes hidrotermales activas y los hábitats profundos en volcanes y cordilleras submarinas.
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Estos ecosistemas, denominados como campos hidrotermales, son unos torrentes de agua caliente que emerge desde las profundidades del océano y tienen relación con un origen volcánico con el magma que emerge desde el manto de la Tierra.
De acuerdo con la investigación, el descubrimiento de jardines de corales blandos creados después de la devastadora erupción de Capelinhos en Portugal entre 1957-1958 habría generado el mismo ecosistema en la erupción submarina en El Hierro (España) en 2011.
“Se ha explorado el sistema hidrotermal de chimeneas de sulfuros de Moytirra con nuevos descubrimientos de chimeneas fósiles a más de 3000 metros de profundidad”, indicaron los investigadores.
El IGME resaltó que es necesario invertir y utilizar robots con el objetivo de llegar a mayores profundidades que permitan estudiar estos hábitats oceánicos y el impacto que podrían tener con el cambio climático o una potencial extracción de minerales submarinos a nivel global.