Una investigación de la Universidad de Utrecht (Holanda) descubrió la existencia de un continente, del tamaño de Groenlandia, que se separó de África y terminó hundiéndose bajo el manto de la Tierra en el sur de Europa hace más de 240 millones de años.
Este continente perdido fue denominado como ‘Gran Adria’ y se encuentra debajo de la formación de cordilleras y placas tectónicas de la región mediterránea, la cual es una de las zonas geológicas más complejas de la Tierra.
El estudio se llevó a cabo durante 10 años en donde un grupo de científicos analizaron las formaciones montañosas desde España hasta Irán, descubriendo la existencia de este gran trozo de corteza continental que se desprendió de la placa africana.
“La mayoría de las cadenas de montañas que investigamos se originaron en un solo continente que se separó del norte de África hace más de 200 millones de años. La única parte restante de este continente es una franja que va desde Turín a través del mar Adriático hasta el talón de la bota que forma Italia”. Los geólogos se refieren a esa área como “Adria”, explicó Douwe van Hinsbergen, investigador principal y profesor de Tectónica Global y Paleogeografía en la Universidad de Utrecht.
De acuerdo con el científico, gran parte de este continente estaba situado bajo el agua y formaba mares tropicales poco profundos en los que se depositaban sedimentos, pero estos fueron raspados cuando el resto del continente se subdujo al manto. Además, se cree que este proceso formó los cinturones de montaña de los Apeninos, partes de los Alpes, los Balcanes, Grecia y Turquía.
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Un desastre geológico
El estudio asegura que la tectónica de placas, la teoría que explica la formación de continentes y océanos, supone que las diversas placas de la Tierra no se deforman internamente cuando se mueven unas con respecto a otras a lo largo de grandes zonas de falla.
“En la región mediterránea, y especialmente en Turquía, ese no es el caso. Es simplemente un desastre geológico: todo está curvado, roto y apilado. Comparado con esto, el Himalaya, por ejemplo, representa un sistema bastante simple. Allí se puede seguir varias líneas de falla grandes en una distancia de más de 2.000 kilómetros”, reseña el estudio.
En ese sentido, el proceso de subducción, el hundimiento de una placa debajo de la otra, es la forma básica en que se forman las cadenas montañosas y los científicos decidieron realizar un análisis con un software avanzado que permite hacer una reconstrucción tectónonica de placas para evaluar los movimientos de este continente.
“Despegamos el área capa por capa hasta el período Triásico, hace unos 240 millones de años, cuando Gran Adria comenzó a evolucionar como un continente separado. Ese despegue es la única forma de mapear la forma y el tamaño del continente y los océanos profundos circundantes hace millones de años”, indicó van Hinsbergen.
De acuerdo con el experto, con este análisis se pudo realizar un mapeo del ‘Gran Adria’ y de otros bloques continentales más pequeños y que ahora forman parte de Rumania, el norte de Turquía o Armenia, entre otros países.
“Los restos deformados de los pocos kilómetros superiores del continente perdido todavía se pueden ver en las cadenas montañosas. El resto del pedazo de placa continental, que tenía unos 100 kilómetros de espesor, se hundió bajo el sur de Europa en el manto de la tierra, donde todavía podemos rastrearlo con ondas sísmicas hasta una profundidad de 1.500 kilómetros”, concluye el estudio.