Desde hace millones de años la Luna y la Tierra han tenido un vínculo entrañable desde su formación y no solo han marcado la historia de nuestro planeta sino también de la humanidad.
La Luna es el único satélite natural de la Tierra y está ubicada a unos 384.000 kilómetros de distancia.
De esta forma, este astro es el único que podemos ver a simple vista o con sencillos instrumentos pero a lo largo de la historia ha sido fundamental para culturas milenarias de nuestro planeta.
“La evidencia sugiere que, hace unos 4.500 millones de años, un objeto del tamaño de Marte se estrelló contra la Tierra primitiva. Los escombros de este impacto probablemente formaron la Luna”, reseña la NASA.
Más allá de la investigaciones científicas y las impresionantes hazañas que ha logrado la humanidad al pisar el suelo de la Luna, muchos se preguntan cómo sería la Tierra si no tuviéramos este satélite natural.
Los científicos han explicado que la vida no sería la misma que tenemos en la actualidad ante la ausencia de la Luna.
Por ejemplo, la Luna regula la oscilación de la Tierra sobre su eje lo que ha provocado que tengamos un clima relativamente estable durante miles de millones de años.
Si no existiera la Luna, simplemente el día no duraría 24 horas como en la actualidad y la velocidad y grados de rotación de nuestro planeta podrían cambiar drásticamente.
De acuerdo con los estudios, hace 4.500 millones de años el día duraba unas seis horas porque la Tierra giraba mucho más rápido sobre su eje y no tenía que someterse a la fuerza gravitacional de este enorme cuerpo rocoso.
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Otro aspecto que podríamos perder serían las mareas ya que con la formación de la Luna y su fuerza gravitacional se generaron los habituales cambios en el nivel del mar; por lo que el planeta perdería la fuerza de estas mareas y el agua del mar tendería a estancarse debido a que las corrientes oceánicas serían mucho más débiles.
Esto significa que el agua de los océanos tendría muy poco movimiento y esto podría influir en todas las especies que allí habitan; muchas de las cuales no serían capaces de adaptarse tan rápidamente y desaparecerían.
El clima de nuestro planeta también sería muy diferente porque sin no existiera la Luna la Tierra perdería la estabilidad en su rotación generando cambios en su inclinación.
De acuerdo con los expertos, esto podría generar veranos e inviernos completamente abruptos con cambios drásticos en las temperaturas e incluso con una posible desaparición de las estaciones. Además, esto también tendría un efecto directo en las velocidades de los vientos y en la formación de otros fenómenos meteorológicos.
Lo cierto es que si no existiera la Luna ocurrirían muchas otras tragedias naturales pero quizás uno de los aspectos más tolerables es que ya no tendríamos la luz lunar y por lo tanto las noches siempre serían oscuras ante la ausencia de su iluminación.
Este escenario influiría sobre el comportamiento animal y sobre las plantas ya que los seres vivos en la Tierra, incluidos los humanos, están adaptados a los ciclos del Sol y de la Luna. Además, ya no tendríamos eclipses.
Finalmente, la historia de la humanidad ha estado ligada a la Luna y en medio de los avances tecnológicos estamos buscando retomar las misiones espaciales no solo por temas científicos sino está vez para visitarla como turistas.
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