Un nuevo estudio realizado por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de EE.UU. (Nasa) reveló que en los últimos 20 años la atmósfera de la selva amazónica se ha secado, aumentado las demandas de agua y dejando los ecosistemas desprotegidos frente a los incendios y sequías.
La investigación fue realizada por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa, el cual pudo establecer que estos cambios en la atmósfera han sido generados por las actividades humanas en las últimas décadas.
Los científicos realizaron un análisis de los datos terrestres y satelitales que se han obtenido de la selva amazónica para entender cuánta humedad había en la atmósfera y qué tanta se necesitaba para mantener el sistema de la selva tropical.
“Observamos que en las últimas dos décadas, ha habido un aumento significativo en la sequedad de la atmósfera, así como en la demanda atmosférica de agua sobre la selva”, indicó Armineh Barkhordarian de JPL,
De acuerdo con el científico, la tendencia de los datos recopilados estiman que el cambio en la aridez atmosférica está muy por encima de lo que se esperaba con un fenómeno de variabilidad climática natural.
¿Qué está causando esta fenómeno?
Los científicos de la Nasa explicaron que los elevados niveles de gases de efecto invernadero son responsables de, aproximadamente, la mitad del aumento de la aridez en la atmósfera, mientras que la otra mitad estaría representando en actividades como la quema de bosques para ampliar la frontera de agricultura y el pastoreo.
Esta factores están incidiendo principalmente para que el clima del Amazonas se esté calentando más de lo habitual.
“Cuando un bosque arde, libera partículas llamadas aerosoles a la atmósfera, entre ellas, carbón negro. Mientras que los aerosoles de colores brillantes o translúcidos reflejan la radiación, los aerosoles más oscuros la absorben. Es por esto que cuando el carbono negro absorbe el calor del sol, hace que la atmósfera se caliente y también puede interferir con la formación de nubes y con la lluvia”, reseña el estudio.
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Los investigadores plantearon que esta situación ha venido generado preocupación ya que el Amazonas es la selva tropical más grande de la Tierra y tiene un importante papel en capturar miles de millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) del planeta.
“Al eliminar el CO2 de la atmósfera, el Amazonas ayuda a mantener bajas las temperaturas y a regular el clima. Pero es un sistema delicado que es muy sensible a las tendencias de secado y calentamiento”, explicaron los expertos.
Con los cambios que se vienen presentando, la fotosíntesis se ve alterada debido a que las plantas y los árboles requieren de más agua para hacer este proceso.
Los expertos explicaron que los árboles extraen el agua del suelo con sus raíces y liberan vapor de agua a través de sus hojas hacia la atmósfera, en donde después enfría el aire y se eleva para formar las nubes.
“Las nubes producen lluvia que repone el agua en el suelo permitiendo que el ciclo continúe. Las selvas tropicales generan hasta el 80 % de su propia lluvia, especialmente durante la estación seca”, indicó la Nasa.
El coautor del estudio,Sassan Saatchi, explicó que con los cambios en el ciclo, debido al aire más seco, se pueden generar una alteración significativa porque los árboles podrían experimentar más de cuatro meses de estación seca.
“Es una cuestión de oferta y demanda. Con el aumento de la temperatura y el secado del aire sobre los árboles, porque estos deben transpirar para enfriarse y agregar más vapor de agua a la atmósfera. Pero el suelo no tiene agua adicional para que los árboles se detengan “, indicó Saatchi.
Finalmente, los investigadores de la Nasa explicaron que si esta tendencia continúa a largo plazo, muchos de los árboles y las especies que viven dentro del ecosistema de la selva tropical no podrán sobrevivir.
Esta situación podría generar una afectación más grande debido a que a medida que los árboles mueren, particularmente los más grandes y viejos, liberan CO2 a la atmósfera y las especies restantes no tendrían la capacidad de absorberlo, perdiendo un elemento importante de la regulación del clima en el Amazonas.