La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (Nasa) reveló que el módulo de aterrizaje InSight pudo captar los sonidos de varios terremotos en la superficie de Marte a través de un sismómetro denominado como Experimento Sísmico para Estructura Interior (SEIS), el cual puede captar vibraciones tan sutiles como el de la brisa.
De acuerdo con la Nasa, este dispositivo fue diseñado para escuchar los terremotos en Marte (marsquakes) para que los científicos pudieran estudiar cómo las ondas sísmicas de estos sismos se mueven por el interior del planeta, revelando la profunda estructura interna de Marte por primera vez.
Los científicos han podido registrar más de 100 eventos telúricos hasta el mes de octubre del año pasado, de los cuales aproximadamente 21 fueron considerados como terremotos, a pesar de que los demás también podrían ser clasificados como sismos pero no se han descartado que su origen sea de otras causas.
En ese sentido, la agencia espacial reveló los audios de dos de los terremotos más importantes que el sismómetro ha detectado, los cuales ocurrieron el pasado 22 de mayo (173º día marciano o sol) y el 25 de julio (Sol 235).
Aunque los registros de audio de estos movimientos están por debajo del rango de la audición humana, los científicos tuvieron que acelerar y procesar estos sonidos para que pudieran ser escuchados en cualquier dispositivo de forma normal.
Las características
La Nasa explicó que el primero de los sismos tuvo una magnitud de 3.7, mientras que el segundo tuvo un registro de 3.3, aproximadamente, lo cual hizo que cada movimiento tuvieran unas características particulares.
“Cada terremoto es un sutil retumbar. El terremoto del Sol 235 se vuelve particularmente grave al final del evento. Ambos sugieren que la corteza marciana es como una mezcla de la corteza terrestre y la luna. Las grietas en la corteza terrestre se sellan con el tiempo a medida que el agua los llena de nuevos minerales”, explicó la Nasa.
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De acuerdo con la agencia, esta característica de la corteza permite que las ondas de sonido continúen sin interrupciones a medida que pasan por viejas fracturas.
“Las costras más secas como la Luna permanecen fracturadas después de los impactos, dispersando las ondas sonoras durante decenas de minutos en lugar de permitirles viajar en línea recta. Marte, con su superficie en forma de cráter, es un poco más parecido a la Luna, con ondas sísmicas sonando durante un minuto más o menos, mientras que los terremotos en la Tierra pueden ir y venir en segundos”, destacaron los científicos.
Sonidos de ráfagas de viento
La Nasa destacó que las labores de este dispositivo para detectar estos sonidos son bastante complejas teniendo en cuenta que se tienen que filtrar otros ruidos como los del viento y de la misma sonda espacial. Sin embargo, el equipo ha aprendido a reconocer los diferentes patrones por lo cual no tiene problemas para identificar hasta los terremotos más silenciosos.
“Ha sido emocionante, especialmente al principio, escuchar las primeras vibraciones del módulo de aterrizaje. Te estás imaginando lo que realmente está sucediendo en Marte cuando InSight se sienta en el paisaje abierto”, indicó Constantinos Charalambous, miembro del equipo científico de InSight en el Imperial College de Londres.
Precisamente, Charalambous y Nobuaki Fuji, del Institut de Physique du Globe de Paris, fueron los encargados de proporcionar estas muestras de audio y de hacer el proceso para que se pudiera escuchar a través de unos auriculares.
En ese sentido, el equipo siempre está en busca de terremotos, pero descubrieron que las horas del crepúsculo son uno de los mejores momentos para hacerlo, ya que durante el día la luz solar calienta el aire y crea más interferencia del viento que en la noche.
“La noche también es cuando los sonidos peculiares que el equipo de InSight ha apodado “dinks and donks” se vuelven más frecuentes. El equipo sabe que provienen de partes delicadas dentro del sismómetro que se expanden y contraen entre sí y se cree que la pérdida de calor puede ser el factor, similar a cómo un motor de automóvil “funciona” después de apagarse y comenzar a enfriarse”, concluyó la Nasa.