Un equipo de investigadores de EE.UU. logró evidenciar que el denominado ‘síndrome de La Habana’ podría ser genero por algún tipo de energía electromagnética, la cual provoca una sintomatología que aún no tiene explicación.
Así lo reveló un panel de expertos creado por el gobierno de Joe Biden para investigar esta rara patología que ha venido afectado desde hace años a decenas de diplomáticos estadounidenses en varios países del mundo.
De esta forma, los investigadores establecieron que los síntomas de este síndrome no se explican solo por factores psicológicos como el estrés y otras reacciones psicosomáticas que tienen un impacto en el cuerpo.
Los análisis de inteligencia permitieron establecer que unas ondas electromagnéticas y de ultrasonido que son emitidas desde distancias cercanas podrían causar una combinación única de síntomas que en algunos casos han sido llamados como Incidentes de Salud Anómalos (AHI, por sus siglas en inglés).
Precisamente, los primeros casos fueron reportados por funcionarios diplomáticos en La Habana (Cuba) en el año 2016 luego de que presentaran dolores de cabeza, náuseas, mareos e incluso daños neurológicos.
“De los cientos de casos informados, un subconjunto de AHI no se puede explicar fácilmente por condiciones ambientales o médicas conocidas y podría deberse a estímulos externos”, reseña el informe realizado por la inteligencia estadounidense.
Los expertos creen que es posible crear dispositivos ocultables que, utilizando cantidades moderadas de energía, podrían dirigir las ondas electromagnéticas o de ultrasonido para causar daños en una persona determinada.
Sin embargo, en los informes no se explica si esto confirma las posibles causas de AHI y si estos dispositivos en realidad existen. Además, tampoco concluyeron si esos supuestos ataques ocurrieron, ni sugirieron quién podría haber estado detrás de ellos.
Los estudios
El panel de expertos, que incluía a científicos de dentro y fuera del Gobierno, fue creado bajo la autoridad de la Oficina de la Dirección de Inteligencia Nacional de EE.UU. y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
El objetivo de estas investigaciones no ha sido determinar quién es responsable de los incidentes, sino explicar los mecanismos que podrían estar detrás de los daños que han sufrido los funcionarios estadounidenses.
De esta forma, el equipo multidisciplinario tuvo acceso a más de mil documentos clasificados, incluido el historial médico de algunas de las víctimas de este extraño síndrome que ha afectado a más de 200 diplomáticos estadounidenses desde que se reportaron los primeros en 2016.
Los afectados por esos incidentes se han registrado en países como Cuba, China, Austria, Alemania, Rusia, Colombia e incluso en Washington.
De acuerdo con los reportes, los funcionarios presentaron problemas de equilibrio y coordinación, mareos, ansiedad, irritabilidad y confusión o “niebla cognitiva”; así como algunas secuelas neurológicas que los obligó a retirarse de sus cargos.
Estos hechos generaron acusaciones directas de que posiblemente Rusia tenía un arma electrónica o sónica desconocida pero esto no se ha podido establecer.
Lo que llama la atención, es que la CIA encontró hace poco que la mayoría de los 1.000 casos de AHI informados tenían explicaciones médicas o ambientales convencionales, y solo unas dos docenas siguen bajo estudio por causas desconocidas.
“Hemos evaluado que es poco probable que un actor extranjero, incluida Rusia, esté realizando una campaña mundial sostenida que dañe al personal estadounidense con un arma o mecanismo”, indicó William Burns, director de la CIA.
Los expertos que presentaron el informe rechazaron varias teorías de las causas de AHI, como un posible uso de radiaciones ionizantes que pueden ser producidas por elementos radiactivos, agentes químicos o biológicos; así como el uso de armas sónicas o acústicas proveniente de energía electromagnética.
En enero varios medios estadounidenses informaron que la CIA había descartado que esos problemas sean el resultado de una campaña dirigida por un país enemigo de Estados Unidos, como por ejemplo Rusia, algo que creían muchos en Washington.
El origen y el responsable de estos misteriosos “ataques” aún se desconoce, aunque el Gobierno de Joe Biden sigue investigándolo debido a que estas condiciones podrían convertirse en un problema de seguridad para sus funcionarios.
Precisamente, el presidente Biden le pidió a su equipo de seguridad nacional que identifique a los funcionarios estadounidenses que tienen mayores riesgos de sufrir estos síntomas y nombró al director senior de programas de inteligencia en el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de la Casa Blanca, Maher Bitar, como coordinador de estas investigaciones.
Finalmente, el origen y el responsable de estos misteriosos “ataques” aún se desconocen pero algunos expertos apuntan a que podría haberse usado energía de radiofrecuencia para perpetrarlos. Además, preliminarmente se ha descartado la posibilidad de que el origen del ‘síndrome de La Habana’ esté relacionado con un dispositivo desconocido desarrollado por un enemigo de EE.UU.
Infórmate minuto a minuto sobre esta y otras noticias del mundo en nuestro Facebook.