Las elecciones presidenciales en Estados Unidos han estado marcadas no solo por la pandemia del COVID-19 sino por la controversia a lo largo de la campaña, sin embargo el escrutinio de los votos ya promete generar polémica ante la posibilidad de que los resultados demoren un poco más de lo normal.
La alta participación del voto anticipado y por correo ha conllevado un importante reto logístico y de seguridad para el sistema postal y esta sería una de las razones por las que los estadounidenses no conocerían al ganador de estas elecciones el martes por la noche.
Sin embargo, los expertos han explicado que la demora en la entrega de los resultados no necesariamente implica que estos comicios sean fallidos, fraudulentos o corruptos, sino que el escrutinio del voto anticipado podría tomar más tiempo ante los procesos que se deben realizar.
Precisamente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sugerido reiteradamente en sus actos de campaña que un resultado más lento de lo normal es un indicio de problemas.
“Creo que es terrible que no podamos conocer los resultados de una elección la noche de la elección. Creo que es algo terrible cuando se permite a los estados tabular las papeletas durante un largo tiempo después de que terminan las elecciones”, indicó Trump.
Una de las controversias están relacionadas con que en algunos estados se permite seguir contando votos después del día de las elecciones y esta posibilidad no está exenta de polémica y podría influir en la velocidad en que se conocerán los resultados de estos comicios.
El factor más importante que puede volver lentas las cosas este año es claro: millones de estadounidenses decidieron votar por correo en vez de arriesgarse a contraer el coronavirus en un lugar de votación. Y, en general, los votos postales tardan más en contarse.
Los trabajadores electorales deben sacar las boletas de sus sobres, verificar si hay errores, clasificarlas y aplanarlas, todo antes de que puedan pasar por los escáneres en el momento en que las urnas cierran y se tabulan.
En los estados con programas de voto por correo bien establecidos, este procesamiento se realiza semanas antes del día de las elecciones. Los resultados a menudo se publican rápidamente.
Sin embargo, varios estados no tenían este sistema en vigor antes de este año y las leyes vigentes prohibían a los funcionarios electorales procesar las boletas mucho antes del día de las elecciones en Estados Unidos
Sin una ventaja inicial, prácticamente no hay forma de procesar y contar todos los votos por correo el día de las elecciones, y al mismo tiempo contar todos los sufragios emitidos en persona.
Los expertos no descartan la posibilidad de que se conozca el ganador de los comicios en la noche de las elecciones debido a que no todos los estados tienen un conteo lento de los votos, pero este escenario se podría presentar si los estados clave publican los resultados con prontitud ya que permitirían conocer la mayoría de los votos electorales.
Sin embargo, este escenario dependerá de qué tan apretada este la elección en los denominados estados bisagra ya que una elección cerrada podría cambiar estas perspectivas.
Por ejemplo, los reflectores están orientados en Florida ya que el estado permite que sus oficinas electorales procesen las boletas por correo 22 días antes de la elección y, a menos que surja otra cosa, podría haber un conteo casi completo para la medianoche.
Y si Trump pierde Florida, le será muy difícil alcanzar los 270 votos electorales que necesita para derrotar al exvicepresidente Joe Biden y mantenerse en la Casa Blanca.
Otros dos campos de batalla del sur, Carolina del Norte y Georgia, también pueden comenzar a procesar antes las boletas por correo. Ambos son considerados estados críticos para Trump.
Sin embargo, a diferencia de Florida, ninguno de los dos estados tiene antecedentes de manejar una gran cantidad de boletas por correo, por lo que no está claro qué tan rápido contarán esos votos.
Iowa y Ohio también permiten el procesamiento temprano de las boletas por correo. Trump ganó fácilmente ambos estados en 2016, pero los demócratas creen que Biden es competitivo allí. Los resultados en esos dos estados la noche de las elecciones podrían dar pistas sobre lo que se avecina en los estados críticos del centro del país que tardan más en contarse.
El seguimiento de los resultados en las elecciones de este año puede ser un poco confuso. Eso se debe a que ambos partidos están votando de dos maneras muy distintas: Los demócratas se han lanzado a votar masivamente por correo y anticipadamente, mientras que Trump ha exhortado a los republicanos a votar el día de las elecciones.
Este escenario podría generar confusión a la hora de las tendencias que marcan los escrutinios ya que los sufragios realizados de forma anticipada y los que se realizaron el día de la elección podrían inclinarse a favor de un candidato.
Por ejemplo, es posible que Donald Trump vaya registrando una tendencia favorable a medida en que se escrutan los votos presenciales de este martes debido a que se estima que gran parte de los republicanos votaron de esta forma, sin embargo, el escrutinio del voto anticipado cambiaría la tendencia con el paso de las horas.
De esta forma, la tendencia en estados oscilantes como Michigan, Pennsylvania y Wisconsin podría ser engañosa debido a que primero será reportado el voto del día de la elección, de fuerte tendencia republicana, lo que podría evidenciar un “espejismo rojo”.
Sin embargo, los demócratas podrían remontar esta tendencia una vez que los votos enviados por correo sean tabulados en las horas y días posteriores —lo cual es llamado el “desplazamiento azul”.
Asimismo, los estados de procesamiento adelantado como Florida, Georgia, Ohio y Carolina del Norte reportarán primero los resultados de la votación por correo. Esos tenderán al lado demócrata. Pero luego esos estados empezarán el conteo de los votos en persona, los cuales se inclinarían hacia los republicanos.
Así que los resultados preliminares podrían ser marcadamente demócratas antes de tornarse más republicanos conforme pasa la noche.
Los expertos han explicado que todos estos factores podrían provocar una batalla legal entre ambas campañas, especialmente en el caso de que las elecciones sean reñidas como muchos sondeos lo pronostican.
Se estima que cerca de 250 millones de estadounidenses están habilitados para votar, pero los reportes de votos anticipados ya registran más de 100 millones de sufragios marcando cifras récord antes de la elección general.
Las estadísticas evidencian que la participación de las elecciones en Estados Unidos es tradicionalmente baja y no supera el 60 % desde que Richard Nixon ganó la elección en 1968.
Tradicionalmente, los estadounidenses esperan conocer el nombre de su nuevo presidente en la noche de las elecciones pero en esta ocasión no sería así.
Los resultados de votación podrían tardar un poco más de tiempo y por eso estos comicios ya prometen estar marcados por la controversia entre las campañas de Trump y Biden.
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