El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, invitó a los estadounidenses a mantener el distanciamiento social con el objetivo de prevenir una mayor propagación del coronavirus en el país.
“Estas son las cargas que nuestros héroes médicos ya enfrentan en Nueva York. Solo se volverá más difícil en todo el país. Otra razón para mantener políticas de distanciamiento social al menos hasta que tengamos pruebas exhaustivas. No solo por nuestro bien, por el de ellos”, indicó Obama a través de su cuenta de Twitter en donde citó un artículo sobre el agotamiento del personal médico que atiende los casos de coronavirus en New York.
El exmandatario también aseguró que el futuro depende de la capacidad de tomar “buenas decisiones” para manejar esta crisis y del pueblo estadounidense de permanecer resilientes.
“Nuestros profesionales médicos son héroes que arriesgan sus vidas para mantener nuestro país en marcha. Aquí hay un vistazo a cómo un médico de emergencias que ya luchó en la primera línea de una crisis logra pasar un día en esta. Un buen recordatorio para que los ayudemos al quedarnos en casa”, indicó Obama.
De acuerdo con los últimos reportes, Estados Unidos ya completa al menos 70.000 casos de contagios del coronavirus COVID-19 y más de 1.000 muertos; registrando un aumento exponencial en los últimos días.
Precisamente, el pronunciamiento de Obama marca un diferencia con el actual presidente Donald Trump; quien ha sido cuestionado por el manejo que le ha dado a esta crisis y en donde muchos aseguran que ha querido privilegiar la protección y recuperación de la economía restando importancia a pandemia.
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La mayoría de los presidentes de Estados Unidos han confrontado una o más crisis, ya sea un desastre natural, una guerra, una declinación económica, una amenaza a la salud pública o un acto de terrorismo.
De hecho; el expresidente Obama llevaba pocos meses en la Casa Blanca en el 2009 cuando surgió un brote del virus H1N1; que pronto sería declarado una pandemia como el actual coronavirus.
Durante el mes de abril designó un equipo enfocado en combatir el brote y declaró una emergencia nacional en EE.UU. Además, había pedido al Congreso 1.500 millones de dólares para vigilar el comportamiento del virus y almacenar medicinas y equipos.
En Estados Unidos se registraron casi 12.500 muertes por el H1N1 entre abril del 2009 y abril del 2010, en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio por concluida la pandemia.
Trump y su manejo de la crisis
El presidente Trump parece empecinado en ser el rostro público de la lucha contra un brote que es el problema más serio que enfrenta su campaña de reelección.
El mandatario estadounidense, quien no tiene conocimientos científicos ni médico;, encabeza los informes diarios que da la Casa Blanca sobre el trabajo de una fuerza de tareas cuya dirección encomendó al vicepresidente.
Trump se presenta como “un presidente en tiempos de guerra” que combate a “un enemigo invisible” responsable de cientos de muertes y de miles de infecciones en Estados Unidos; cifras que seguirán subiendo a medida que se propaga el virus y que ha trastornado la vida de todos.
Se les ha pedido a millones de personas que permanezcan en sus casas por tiempo indefinido, privándose de los simples placeres como ir a restaurantes, centros comerciales y al cine.
El manejo de la crisis de Trump genera distintos tipos de reacciones. Sus partidarios lo aprueban; sus detractores lo cuestionan, incluidos alcaldes y gobernadores que quieren que Trump use su autoridad para ayudarlos a conseguir equipo de protección y otros materiales para médicos y enfermeras.
Inicialmente Trump trató de minimizar la gravedad de la situación y dijo que tenía todo bajo control. Posteriormente, no obstante, cambió de actitud e intensificó sus esfuerzos para controlar la propagación del virus.
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Lo cierto, es que Estados Unidos se encamina a ser el nuevo epicentro de propagación del coronavirus en el mundo y los expertos han proyectado que en unos días podría superar a Italia y a China en el número de contagios.
De esta forma; el manejo de la crisis del coronavirus en EE.UU. ha puesto en jaque la reelección presidencial de Trump y la forma cómo mitigue el impacto y atienda esta pandemia será determinante para la elección de noviembre.
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