En medio de la compleja situación de orden público que atraviesa Washington tras la toma del Capitolio por parte de manifestantes pro Trump, los demócratas consiguieron ganar los dos escaños del Senado que se estaban disputando en Georgia y ser la mayoría para controlar el Congreso de Estados Unidos.
El candidato demócrata Jon Ossoff se alzó con la victoria en la segunda vuelta de las elecciones de Georgia, por lo que el partido del presidente electo, Joe Biden, tendrá el control de la Cámara Alta.
De acuerdo con las proyecciones de los medios, Ossoff derrotó a su rival republicano, David Perdue, después de que anoche se confirmara la victoria de su correligionario, el pastor Raphael Warnock ante la republicana Kelly Loeffler.
Estas victorias suponen que los demócratas estarán empatados a 50 escaños con los republicanos en el Senado, pero contarán con el voto de calidad de la vicepresidenta electa, Kamala Harris, en su calidad de presidenta de la Cámara Alta, en caso de empate.
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Los republicanos venían controlando el Senado desde 2015, pero con estas victorias el partido de Biden tendrá mayoría en ambas cámaras del Congreso durante los dos primeros años de su mandato.
Warnock, de 51 años, fue pastor de una iglesia de Atlanta en la cual predicó el líder de los derechos civiles Martin Luther King, asesinado en 1968, mientras que Ossoff, de 33 años y quien es periodista, será el senador más joven desde que Biden llegó al Senado en 1972.
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Las elecciones de Georgia han sido la contienda legislativa más cara de la historia de EE.UU., y más de 3 millones de los 7,6 millones de votantes registrados del estado emitieron sus sufragios por anticipado, un récord para unos comicios de segunda vuelta en el territorio.
Tras una campaña presidencial polarizada entre Donald Trump y Joe Biden, los habitantes de Georgia acudieron nuevamente a las urnas para definir la correlación de fuerzas políticas en el país en el Congreso, especialmente en el Senado.
Sin embargo, el resultado supone una nueva derrota para Trump y el partido republicano que no solo perdió la elección presidencial sino la mayorías y el control que tenían en el Senado en los últimos años.
Con el control demócrata de la Cámara de Representantes y ahora en el Senado, será más difícil para los republicanos obstruir la agenda del presidente Joe Biden, así como a quienes el mandatario nomine para su gabinete o como jueces en Estados Unidos.
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