El Congreso de EE.UU. se reunirá este miércoles para certificar a Joe Biden como ganador de las elecciones y nuevo presidente del país; un proceso ceremonial que los aliados del presidente saliente, Donald Trump, planean aprovechar para lanzar un último desafío a lo decidido por los estadounidenses en las urnas.
Lo cierto es que el Congreso no cambiará el resultado de los comicios presidenciales pero sí se espera un largo debate y varias votaciones que prometen reforzar la polarización y controversia que han creado el Partido Republicano con las maniobras antidemocráticas de Trump.
Sin embargo, lo que ocurra este miércoles ha generado bastante expectativa frente a lo que pueda decir el presidente Trump en el mitin que ha convocado en Washington para protestar contra la certificación que realizará el Congreso de las elecciones presidenciales.
“Hablaré en el SAVE AMERICA RALLY [Mitin Salvemos a Estados Unidos] mañana”, tuiteó el mandatario, que se niega a aceptar su derrota ante el demócrata Joe Biden.
Precisamente, el vicepresidente, Mike Pence, presidirá la sesión conjunta del Congreso y Trump ha estado presionándolo para que anule la victoria de Biden, al afirmar falsamente que el vicepresidente tiene la autoridad para descartar los votos a favor del demócrata.
– ¿Qué ocurrirá este 6 de enero en el Congreso?
Según las leyes que rigen el proceso electoral de EE.UU., ambas cámaras del Congreso deben reunirse ese día en una sesión conjunta que comienza a las 13.00 horas (18.00 GMT) para abrir y contar los certificados de los votos electorales correspondientes a cada estado del país.
La sesión, que debe estar dirigida por el vicepresidente estadounidense -en este caso, el republicano Mike Pence-, normalmente es una mera formalidad para validar unos resultados que ya ha corroborado el Colegio Electoral, que se reunió el pasado 14 diciembre en cada estado y ratificó la victoria de Joe Biden.
Sin embargo, basta con que un miembro de la Cámara Baja y otro del Senado presenten una objeción a los resultados en uno de los estados para desatar un debate y una votación de ambas cámaras sobre la posibilidad de no contar los votos electorales en ese territorio.
-¿Por qué se esperan objeciones?
Al menos trece senadores republicanos y más de cien congresistas de ese partido en la Cámara Baja han adelantado que presentarán o respaldarán objeciones a los resultados en varios estados por los resultados de los comicios presidenciales.
Los senadores, liderados por Ted Cruz, aseguran que no pretenden revertir el resultado de las elecciones, sino dar voz a aquellos que creen que los comicios no fueron justos, a pesar de que no hay ninguna prueba de que hubiera un fraude o irregularidades masivas como insistentemente ha denunciado Trump.
Los legisladores piden que el Congreso cree una comisión electoral para “llevar a cabo una auditoría de emergencia con una duración de diez días de los resultados electorales en los estados disputados”, afirmaron en un comunicado los congresistas republicanos.
-¿Cómo se desarrollará la sesión?
Los certificados de los votos electorales se abrirán por orden alfabético, con el objetivo de contarlos para corroborar qué candidato presidencial superó la barrera de 270 votos electorales que da las llaves de la Casa Blanca (Biden obtuvo 306 y Trump 232, según confirmó el Colegio Electoral).
Los legisladores republicanos no han aclarado sobre qué estados presentarán objeciones, pero es posible que lo hagan en los seis territorios donde Trump ha cuestionado la victoria de Biden: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin.
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Por cada estado sobre el que un congresista y un senador presenten una objeción, la sesión conjunta entrará en receso y se abrirán debates separados de un máximo de dos horas en cada una de las dos cámaras, seguidos de votaciones en sus respectivos plenos sobre la posibilidad de rechazar los resultados.
-¿Cuánto durará este proceso?
Debido a las precauciones relacionadas con la pandemia, las votaciones en la Cámara Baja duran normalmente una hora o más, por lo que es posible que se tarde de tres a cuatro horas en resolver las objeciones en cada estado.
Si los legisladores cuestionaran los resultados en los seis estados citados, es posible que la sesión dure 24 horas o más y, si son menos los territorios desafiados, es probable que el proceso se retrase igualmente hasta la madrugada del jueves.
– ¿Hay opciones de revertir el resultado de las elecciones?
No. La oposición demócrata -el partido al que pertenece Biden- controla la Cámara de Representantes, por lo que los republicanos no tienen opciones de superar una votación por mayoría en ese hemiciclo, algo que se requiere para rechazar el resultado en cualquier estado.
La sesión terminará irremediablemente con Pence declarando a Biden como ganador de las elecciones, por mucho que se alargue la reunión y que Trump y sus aliados confíen en que el vicepresidente pueda de alguna forma influir en el proceso y manipularlo, algo que los tribunales ya han aclarado que no es posible.
“Espero que Mike Pence nos ayude. Si no lo hace, no me caerá tan bien”, dijo Trump este lunes durante un mitin en Georgia.
-¿Por que esta sesión no tiene precedentes?
El Servicio de Investigación del Congreso ha indicado que ningún desafío ha cobrado tanta fuerza como este desde el siglo XIX, y nunca en la historia de EE.UU. se ha modificado el resultado de las elecciones durante una sesión en el Congreso para contar los votos electorales.
En 1873, el Congreso decidió no contar los votos de Arkansas y Luisiana en la reelección del presidente Ulysses Grant (1869-1877), pero ese mandatario habría ganado esos comicios con o sin esos estados.
Los aliados de Trump quieren que se repita lo que ocurrió en 1877, cuando el Congreso decidió crear una comisión electoral para resolver las disputadas elecciones entre el demócrata Samuel Tilden y el republicano Rutherford B. Hayes, quien acabó ganando por un voto gracias a esa intervención.
Sin embargo, esa situación fue tan polémica que motivó que el Congreso aprobara una ley en 1887 que establece el proceso actual para la sesión del 6 de enero.
Las garantías que contempla esa ley implican que Trump no podrá interferir en el resultado de las elecciones con esta última maniobra, que algunos consideran un intento de golpe de Estado, y que Biden tendrá vía libre para asumir el poder el próximo 20 de enero.
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