Una gran indignación ha generado la forma de actuar de varios policías en el estado de Nueva York frente a una niña de nueve años, luego de que se conociera un video en el que es esposada y le rocían gas pimienta en la cara durante un procedimiento en la localidad de Rochester.
El hecho ha generado un fuerte rechazo sobre los métodos utilizados por las fuerzas de seguridad en el país pero la policía del estado de Nueva York justificó su actuación alegando que la niña, cuya identidad no ha sido revelada, sufría una crisis mental y amenazaba con matar a su madre y suicidarse.
De acuerdo con las versiones, los agentes que acudieron al lugar de los hechos reaccionaron esposando a la niña y, al no lograr meterla en un coche de patrulla, usaron gas pimienta; según evidencian los vídeos de las cámaras que los policías llevan en el uniforme y que fueron publicados por la policía.
La alcaldesa de Rochester, Lovely Warren, condenó el uso de la fuerza contra los niños y prometió una investigación interna sobre las prácticas de los policías de la ciudad.
“Tengo un niño de 10 años. Es un niño, es un bebé. Como madre, este vídeo no es algo que una quiere ver”, aseguró Warren.
Sin embargo, las autoridades anunciaron la suspensión indefinida de los agentes que participaron de este operativo luego de que Warren sostuviera una reunión con la jefa de policía Cynthia Herriott-Sullivan, por lo que se espera avanzar en las investigaciones internas.
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El portal Rochester First también informó que la procuradora general del estado de Nueva York, Letitia James, lamentó profundamente lo sucedido y calificó de inaceptable el accionar que tuvieron los uniformados contra la menor.
“Ese uso de fuerza y spray de pimienta nunca debe aplicarse contra un niño, punto. Mi oficina está investigando lo que sucedió y cómo un niño alguna vez estuvo sujeto a tal peligro”, aseguró James.
Para la procuradora estatal, el Departamento de Policía de Rochester necesita una “drástica” reforma con el objetivo de garantizar que los profesionales de la salud mental y los defensores de los niños estén involucrados en estos procedimientos.
Precisamente, esta es la segunda vez en un año que policías de Rochester son acusados de actos violentos contra ciudadanos. En marzo de 2020 murió Daniel Prude, que había entrado en coma a raíz de su detención en esa ciudad.
La policía le había puesto una capucha de tela en la cabeza después de que él escupiera a los agentes y afirmara que tenía el coronavirus. La muerte de Prude, que también sufría una crisis mental en el momento de su arresto, provocó una investigación y manifestaciones multitudinarias en la ciudad.
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