Tras una campaña polarizada entre Donald Trump y Joe Biden, los habitantes de Georgia acuden nuevamente a las urnas este martes para una doble elección al Senado que tendrá un impacto profundo en los primeros años en el poder del nuevo presidente demócrata en Estados Unidos.
De esta forma, los demócratas y republicanos nuevamente se encuentran en las urnas pero esta vez para definir el pulso político en el Congreso, especialmente sobre qué grupo quedará con el control y las mayorías en el Senado.
La importancia de los comicios en Georgia se refleja en el dinero gastado en la campaña: 832 millones de dólares, según Center for Responsive Politics, un organismo independiente que analiza las sumas invertidas por los partidos.
Los electores pueden votar desde las 07H00 (12H00 GMT). Si los dos candidatos demócratas, Jon Ossoff y Raphael Warnock, vencen a los senadores republicanos salientes, David Perdue y Kelly Loeffler, los demócratas tomarán el control del Senado.
En ese sentido, ganar estas curules es una prioridad para los demócratas especialmente ante la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca el próximo 20 de enero, lo cual le permitiría contar con la mayoría en el Congreso para aplicar sin mayor contrapeso su programa de gobierno.
“Ese estado puede cambiar el rumbo no sólo durante los próximos cuatro años, sino también para la próxima generación”, declaró el presidente electo Joe Biden el lunes en Atlanta, durante un mitin de campaña.
Una perspectiva que preocupa a los republicanos, que agitaron el fantasma de un gobierno “radical” y “socialista” hasta las últimas horas de la campaña, marcadas por un gran mitin de Trump.
“Estas elecciones parciales podrían ser su última oportunidad de salvar al Estados Unidos que amamos”, indicó Trump ante sus fieles seguidores republicanos, que se niegan a reconocer su derrota dos meses después de las elecciones.
El mitin de Trump es seguramente el último que dará como presidente en un estado clave, dado que Biden asumirá el poder el 20 de enero. Sin embargo, se produjo dos días después de que se filtrara a la prensa una polémica llamada que mantuvo el sábado con el secretario de Estado de Georgia, el republicano Brad Raffensperger.
En esa conversación, Trump presionó a Raffensperger para que “encontrara” miles de votos a su favor en ese estado, los suficientes para invalidar la victoria de Biden en Georgia, a pesar de que ya ha habido tres recuentos en el territorio y todos ellos han dado como ganador al exvicepresidente demócrata.
Esa extraordinaria revelación ha llevado a expertos legales a sugerir que Trump podría haber violado leyes federales y estatales con esa presión, y las autoridades de Georgia se están planteando investigar el tema, mientras que dos congresistas demócratas han pedido al FBI que haga lo mismo.
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Pese a que varios recuentos y auditorías confirmaron la victoria de Biden en las presidenciales, los seguidores de Trump se mostraron convencidos de que el republicano había sido víctima de un fraude electoral.
Los dos candidatos republicanos parten como favoritos en la conservadora Georgia. Perdue quedó cerca del 50% frente a Jon Ossoff en la primera vuelta. Y, pese a que Warnock se adelantó a Loeffler en la primera votación, ésta podría beneficiarse de los apoyos de un rival republicano eliminado.
– Un pulso ajustado
Los demócratas confían en ganar el Senado, impulsados por la estrecha victoria que logró Biden en Georgia el 3 de noviembre, la primera del partido en ese estado desde 1992.
Sin embargo, necesitan una gran movilización de los electores afroestadounidenses, claves para los demócratas, y esperan que algunos republicanos moderados no vayan a votar, desalentados por todas las acusaciones de fraude que ha alentado Trump.
Más de tres millones de los siete millones de electores registrados votaron con antelación, un récord para los comicios de senado parciales en Georgia.
El voto anticipado suele ser más demócrata y se prevé que la mayoría de los republicanos acudan a las urnas este martes.
En ese sentido, es muy difícil vaticinar quién ganará estas elecciones. Los pocos sondeos realizados muestran una carrera muy ajustada, y tal vez haya que esperar varios días para conocer los resultados definitivos.
Un día después de esos comicios, el Congreso se reunirá para registrar formalmente los votos electorales conseguidos por Biden en las presidenciales de noviembre (306 contra 232).
Esa obligación constitucional es un mero trámite, pero el rechazo de Trump a los resultados lo convertirán este año en algo distinto y por eso este 6 de enero podría haber sorpresas en este proceso.
Aunque varios pesos pesados republicanos, incluido su líder en el Senado Mitch McConnell, admitieron la victoria de Biden, el presidente saliente aún puede contar con el apoyo de decenas de congresistas.
Tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, esos parlamentarios prometieron expresar el miércoles sus acusaciones de fraude.
El miércoles, los ojos estarán puestos en el vicepresidente Mike Pence que, según el protocolo, será el encargado de declarar ganador a Biden en el Congreso.
“Espero que nuestro gran vicepresidente no nos decepcione. Si nos decepciona, lo querré menos”, indicó Trump, en un claro mensaje a Pence.
Por su parte, las autoridades de Washington ha dispuesto de todo un dispositivo de seguridad ante la gran manifestación de apoyo a Trump ha sido convocada para este miércoles.
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