El gobierno de Estados Unidos busca flexibilizar las normas de los accesorios para las duchas luego de que el presidente Donald Trump cuestionara las normas sobre la presión del agua en su búsqueda de un “cabello perfecto”.
El Departamento de Energía (DOE) propuso modificar la definición de cabezal de las duchas para permitir múltiples cabezales en un solo accesorio, lo que permitiría evadir las medidas de ahorro de agua implementadas en la administración del presidente George W. Bush.
De acuerdo con las autoridades, las reglas de 1992 establecieron un uso máximo de agua de 2,5 galones (alrededor de 9 litros) por minuto para las duchas, pero la intensión del Gobierno Trump es que esta norma se aplique a cada cabezal de la ducha y no solo a un accesorio.
El anuncio se produce después de que Trump se quejara en julio de la falta de presión de agua en las duchas asegurando que con los “cabezales de ducha: te duchas y el agua no sale”.
“Quieres lavarte las manos, el agua no sale. Entonces, ¿qué haces? ¿Te quedas ahí más tiempo o te duchas más? Porque mi cabello, no sé el tuyo, tiene que ser perfecto”, indicó Trump desde la Casa Blanca.
Precisamente, los accesorios del baño y la presión del agua han sido durante mucho tiempo un problema para el presidente.
El mandatario aseguró en diciembre que le había pedido a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) que evaluara con “mucha atención” los lavamanos, las duchas y otros elementos de los baños.
“Se dan una ducha, el agua sale goteando, goteando muy silenciosamente; la gente descarga los inodoros 10 veces, 15 veces en lugar de una vez, terminan usando más agua. Así que la EPA está analizando eso con mucha atención, por sugerencia mía”, manifestó en su momento Trump.
El director ejecutivo del grupo de conservación de energía Appliance Standards Awareness Project, Andrew deLaski, señaló que el plan era parte de la “repetida falsa queja de Trump” de que los inodoros, grifos y otros accesorios domésticos “han sido arruinados por los estándares federales de eficiencia”.
“El Departamento de Energía propuso una regla para aprobar nuevos cabezales de ducha que desperdician enormes cantidades de agua y energía, lo que aumentaría las facturas de servicios públicos y las emisiones de gases de efecto invernadero”, destacó deLaski.
Por su parte, los grupos de consumidores condenaron el plan asegurando que esta norma provocó un ahorro de dinero a los ciudadanos por un menor consumo de agua en las viviendas.
La controversial propuesta de Trump para cambiar las normas de uso de agua en las duchas se da en un momento clave de su campaña de reelección y ha sido vista como uno de los temas sin importancia en los que el mandatario se ha enfocado cuando EE.UU. es el país más afectado por la pandemia en el mundo.
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