Tras una convulsionada jornada para la historia, el Congreso certificó la elección del demócrata Joe Biden como presidente 46° de los de Estados Unidos ratificando el resultado de los comicios del pasado 3 de noviembre.
Después de casi cuatro horas de asalto al Capitolio por parte de los seguidores del presidente saliente Donald Trump, que marcharon hacia el Congreso incitados por el mandatario, los legisladores de ambos partidos consideraron importante retomar en la noche de este miércoles la sesión que interrumpió la inaudita insurrección en Washington.
En ese sentido, el vicepresidente Mike Pence lideró la sesión en la que la Cámara y Senado certificó los votos del Colegio Electoral de cada uno de los estados
“A quienes desataron el caos en nuestro Capitolio: ustedes no han ganado. La violencia nunca gana”, aseguró Pence, cuando se reanudó la sesión conjunta de ambas cámaras.
Durante el debate se votaron las objeciones presentadas por los republicanos por los resultados en algunos estados, las cuales fueron dirimidas y rechazadas contundentemente por el Congreso.
Más de siete horas después, la sesión concluyó con Pence, que durante los últimos cuatro años ha sido el escudero fiel de Trump, declarando la derrota de ambos en las elecciones de noviembre, y la victoria de Joe Biden y la vicepresidenta electa, Kamala Harris.
“Este anuncio (…) debe considerarse una declaración suficiente de quiénes son las personas elegidas como presidente y vicepresidenta de Estados Unidos”, afirmó Pence tras confirmar la victoria de Joe Biden con 306 grandes electores, frente a los 232 que obtuvo el presidente saliente.
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Lo que tenía que haber sido una mera formalidad, se convirtió este miércoles en una “insurrección” que “rozó la sedición”, en palabras de Biden, cuando una multitud de adeptos de Trump invadió el Capitolio, considerado el templo de la democracia estadounidense.
Las imágenes que han dado la vuelta al mundo en las últimas horas resultan aún increíbles: políticos atrincherados y con máscaras antigás, manifestantes irrumpiendo en los despachos y los pasillos del Capitolio invadidos de agentes armados, como si se tratara de una película de acción estadounidense.
Y aunque la calma retornó pasadas algunas horas, estas imágenes quedarán para siempre asociadas al fin del mandato de Trump, que lleva dos meses sin reconocer su derrota en las elecciones con una actitud que ha hecho que una parte de su propio partido lo abandone en el final de carrera.
Tras la votación del Congreso, este jueves y después de esta jornada desastrosa para su futuro político, Trump admitió que su mandato ha terminado y que el 20 de enero habrá una “transición en orden” para el inicio del Gobierno de Joe Biden.
Un hecho sin precedentes
Varios sectores políticos han señalado a Trump como el gran responsable de esta invasión del Capitolio al agitar el fantasma del complot y supuesto fraude, lo cual provocó que se decretara un toque de queda en Washington ante el caos que reinó durante horas en el Congreso de Estados Unidos.
La policía informó de que una mujer, defensora de Trump, recibió disparos de las fuerzas del orden y murió en el Capitolio, mientras que otras tres personas también fallecieron en el área en circunstancias aún desconocidas.
En un discurso pronunciado en medio de la violencia, Joe Biden exigió que Trump interviniera inmediatamente en la televisión nacional para poner fin al caos y calmar a sus adeptos.
“Nuestra democracia está bajo un ataque sin precedentes”, dijo el presidente electo, con tono serio y haciendo un llamado a la calma.
Poco después, Trump difundió un video en el que pidió a sus partidarios que se retiraran del Congreso, pero en el que volvió a mencionar su idea de que hubo un fraude electoral.
“Les amo (…) Entiendo su dolor (…) tuvimos una elección que nos fue robada. Pero tienen que volver a casa ahora y en paz”, indicó Trump.
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En una decisión inaudita para la historia, las redes sociales eliminaron el video del presidente por considerar que podría alentar la violencia. Además, Twitter y Facebook bloqueó temporalmente la cuenta del mandatario de sus plataformas y advirtió que podría suspender permanentemente su cuenta si no respeta las normas.
La situación también dejó varias reacciones de la comunidad internacional que mostró su indignación y condenó estos actos. Alemania, España, Reino Unido o Francia pidieron que cesen los actos que “pisotean la democracia” e hicieron un llamado a respetar los resultados de las elecciones.
Los detractores y enemigos declarados de Trump también reaccionaron. El presidente iraní, Hasan Rohani, consideró que lo sucedido muestra lo “frágil y vulnerable” que es la democracia occidental. El gobierno venezolano estimó que Estados Unidos padece lo mismo que ha generado en otros países con sus políticas de agresión”.
El expresidente George W. Bush también se pronunció sobre los hechos y criticó a su propio partido republicano. “Así es como se disputan los resultados electorales en una república bananera, no en nuestra república democrática”, indicó.
Por su parte, los expresidentes demócratas Bill Clinton y Barack Obama también deploraron lo ocurrido, pero no se sorprendieron.
Los disturbios en el Congreso fueron “incitados” por Trump, “que ha continuado mintiendo sin fundamentos sobre el resultado de una elección legítima”, dijo Obama.
Un hecho que marca la historia
Los historiadores han explicado que es la primera vez que se asalta el Capitolio desde 1814, cuando los británicos lo quemaron durante la guerra de 1812.
Después de que su batalla en los tribunales fracasara, Trump quiso desafiar al Congreso y reunir a decenas de miles de partidarios en Washington, coincidiendo con la sesión en la que se validaría oficialmente la victoria de Joe Biden.
“No abandonaremos nunca, no cederemos”, resaltó Trump, presionando a su vicepresidente, Mike Pence, para que “hiciera lo que debía”.
Pence, obediente y silenciosamente leal a Trump durante cuatro años, aseguró que no tenía autoridad para intervenir para no reconocer los resultados y pidió rápidamente que cesaran los actos violentos.
Con motivo de esta sesión, algunos parlamentarios republicanos habían presentado objeciones a los resultados en varios Estados, pero tras los disturbios vividos en el Capitolio hubo algunos que cambiaron de opinión.
El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, estrechamente alineado con Trump durante toda su presidencia, había intentado evitar las objeciones.
“Los votantes, los tribunales y los estados han hablado. Si los invalidamos, se dañará a nuestra república para siempre”, indicó McConnell, poco antes de que se registraran los disturbios.
Por su parte, el jefe de los senadores demócratas, Chuck Schumer, describió la violencia como un intento de “golpe” a la democracia estadounidense.
“Triste y peligrosamente, algunos miembros del partido republicano piensan que su supervivencia política depende de su participación en un intento de golpe”, lamentó Schumer.
De esta forma, Donald Trump termina su mandato en medio de grandes controversias, una constante durante su gobierno, pero con un hecho que marcará la historia democrática de los Estados Unidos.
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