Mientras líderes políticos del mundo entero reconocen al demócrata Joe Biden como el presidente electo de EE.UU., el republicano Donald Trump continúa sin aceptar su derrota y habla de un fraude, sin evidencia, en medio del proceso electoral.
La postura del electo presidente y el saliente mandatario fue bastante opuesta este domingo: por un lado, Biden, ferviente católico, estuvo en misa en horas de la mañana en Wilmington, Delaware, por el otro, Trump visitó su campo de golf privado en Virginia, evadiendo a la prensa y los carteles de decenas de manifestantes que se congregaron a las afueras de la Casa Blanca.
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Biden, según reseña la agencia AFP, permanece enfocado en los preparativos de su llegada a la Casa Blanca y ha establecido dos puntos como prioridades: la lucha contra la pandemia del coronavirus, que ha registrado casos récord en EE.UU. en los últimos días, y la reconciliación de una nación dividida, por lo que ha prometido gobernar para todos los estadounidenses.
“Prometo ser un presidente que no busca dividir sino unir”, dijo durante un acto al aire libre en Wilmington, Delaware.
Incertidumbre ante postura de Trump con Biden y mayoría en el Senado
La postura que establezca el republicano Donald Trump en las semanas siguientes impactará de forma directa la capacidad de acción de Biden antes de la posesión presidencial del 20 de enero. Para tener acceso a agendas y a una transición del poder, es necesaria una decisión administrativa que efectivamente ponga en marcha la transición del gobierno saliente republicano al entrante demócrata.
Además, Biden y su fórmula vicepresidencial Kamala Harris, deberán empezar a barajar cómo estará conformado su gabinete, en el que expertos estiman que tendrán un lugar preponderante las mujeres y algunas figuras de las minorías de EE.UU.
También se especula sobre la posible inclusión de representantes de la forma más izquierdista del Partido Demócrata, así como de algunos que pertenecen al centro e incluso, a algunos republicanos, en sintonía con el discurso de Biden y Harris sobre la unidad y gobernar para toda la nación.
La elección de un gabinete también está condicionada a cómo quede conformado el Senado: aunque actualmente los republicanos ostentan una mayoría con 53 de 100 escaños, en la reciente elección donde se renovaron 35 escaños, los demócratas perdieron uno y le arrebataron dos a los republicanos.
El escrutinio aún continúa en dos estados y en Georgia, específicamente, se adelantará una segunda vuelta el 5 de enero, debido a que ninguno de los aspirantes obtuvo el umbral necesario para ser elegido.
El Senado será crucial en la respuesta a la aguda crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus, que dejó millones de desempleados en el país y profundos daños en la economía estadounidense.
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Antes de las elecciones, la Cámara de Representantes, dominada por los demócratas, y el gobierno no consiguieron un acuerdo para lanzar un nuevo plan de ayuda como el paquete de 3 billones de dólares aprobado en marzo.
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