El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que aumentará hasta 125.000 el número de refugiados que el país admite anualmente, presentando un considerable incremento luego de que bajo el Gobierno de Donald Trump se impusieran cupos mínimos.
“Voy a aprobar una orden ejecutiva para comenzar el duro trabajo de restaurar nuestro programa de admisiones de refugiados para contribuir a responder a una necesidad global sin precedentes”, aseguró Biden en un discurso sobre política exterior en el Departamento de Estado.
De esta forma, el mandatario demócrata sigue revirtiendo las decisiones de Trump y le da un giro a la política migratoria y de refugiados en el país.
“Esta orden ejecutiva nos pondrá en una posición en la que podremos aumentar las admisiones de refugiados hasta 125.000 personas para el primer año fiscal completo de la Administración Biden-Harris”, explicó el mandatario.
Precisamente, a finales de octubre el expresidente Trump impuso un límite de 15.000 refugiados para el año fiscal de 2021(entre el 1 de octubre de 2020 y el 30 de septiembre de 2021); siendo la cifra más baja desde que la ley que regula este amparo entró en vigor en 1980.
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El exmandatario republicano llegó a referirse a los refugiados como una carga y una amenaza para la seguridad del país, lo cual marcó su política migrante durante su gobierno en Estados Unidos.
Frente a esta postura, Biden aseguró que el liderazgo moral de EE.UU. en asuntos de refugiados “fue un punto de consenso bipartidista durante décadas” y por eso espera brindar soluciones a estas personas.
“Nosotros hacemos brillar la luz de la lámpara de la libertad sobre la gente oprimida, ofrecemos refugio seguro para los que huyen de la violencia o la persecución y nuestro ejemplo empuja a otras naciones a que abran sus puertas también”, indicó Biden.
Lo cierto es que la admisión de 125.000 refugiados marca una cifra histórica en Estados Unidos que supera, incluso, a la que registró el Gobierno del expresidente Barack Obama, de la que Biden fue vicepresidente, y en donde la cuota llegó a 85.000 para el año 2016 y 110.000 en 2017.
Rusia y China
Durante su visita al Departamento de Estados, Biden también prometió contrarrestar el “autoritarismo” tanto de China como de Rusia, insistiendo en su deseo de romper con la postura de Donald Trump hacia Moscú.
El mandatario aseguró que Estados Unidos debe “estar ahí frente al avance del autoritarismo, en particular las crecientes ambiciones de China y el deseo de Rusia de debilitar” la democracia.
“Le dejé claro al presidente [Vladimir] Putin, de una manera muy diferente a mi antecesor, que la época en que Estados Unidos se sometió a los actos agresivos de Rusia, interfiriendo en nuestras elecciones, ciberataques y envenenando a ciudadanos se han acabado”, agregó Biden.
Sin embargo, el presidente resaltó el acuerdo anunciado para extender por cinco años el tratado Nuevo Start, que limita el número de armas nucleares estratégicas y que estaba a punto de expirar. Además, pidió que el líder opositor ruso Alexéi Navalni “sea liberado de inmediato sin condiciones”.
Frente a China, Biden advirtió que Washington no permitirá “abusos económicos” ni ataques contra los derechos humanos, la propiedad intelectual y la gobernanza global, aunque aseguró que “estamos preparados para trabajar con Pekín, cuando sea en interés de EE.UU.”.
De esta forma, Biden empieza a definir y marcar su política exterior visitando el Departamento de Estado, que estará a cargo de Antony Blinken, con quien espera retomar el liderazgo y fortalecer las relaciones de Estados Unidos a nivel global.
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