Tom Leppard, el hombre que se tatuó como un leopardo y se aisló para vivir como un animal salvaje

Tom Leppard o ‘El hombre leopardo’ fue un militar británico que prestó sus servicios por más de 30 años, pero que luego decidió hacer un cambio drástico en su vida: tatuar todo su cuerpo para verse como todo un leopardo y vivir en un mundo salvaje.

Su nombre real era Tom Wooldridge y después de su larga carrera militar decidió hacer una gran inversión para cumplir un curioso sueño por el que gastó 7.000 dólares para tatuarse manchas de leopardo por todo su cuerpo.

Asimismo, se mudó a un remoto rincón de la isla Skye, (Escocia) en donde vivió sin luz por dos décadas.

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Allí, el hombre vivía solo en un lugar casi deshabitado y según llegó a contar en una entrevista con la BBC, no tenía teléfono, se bañaba y bebía agua de un río cercano y viajaba en un kayak para buscar alimentos una vez por semana.

“No me interesa el contacto con la sociedad. Ni siquiera tengo un teléfono móvil. La verdad es que no me preocupa lo que ocurre a mi alrededor, solo quiero vivir mi vida en tranquilidad”, afirmó Tom Leppard en una entrevista a The Guardian en 2008.

Sin embargo, su decisión de estar en una ‘vida salvaje’ no lo hizo escapar de los ojos curiosos, por lo que rápidamente comenzó a popularizarse entre los habitantes de la isla, e incluso de terceros, convirtiendo el lugar en un atractivo turístico.

Para hacer su apariencia lo más real y parecida a la de un leopardo, Tom usaba una dentadura postiza. Su objetivo era estar aislado y hacer dinero con su nueva apariencia.

“Tenía una dentadura postiza de repuesto, con forma de colmillos, que había puesto en las fotos de publicidad. Pero era un mal necesario para complementar mi apoyo a los ingresos, o últimamente mi pensión. No es algo que disfruté”, contó.

Su nombre artístico pasó por varias transformaciones: lo apodaron el ‘hombre leopardo de Skye’, pero con el paso del tiempo cambió su apodo a Lucky Diamond Rich. Más adelante también obtuvo otro reconocimiento como el anciano masculino más tatuado del mundo.

“En el Reino Unido a la gente se le ha lavado el cerebro pensando que una persona tatuada es solo un criminal y eso es todo. Mis tatuajes no me han cambiado pero han cambiado la vista que la gente tiene de mí”, dijo Tom.

Su vejez llegó para 2008, cuando decidió mudarse a un asilo de ancianos en la ciudad de Inverness (Escocia). En ese lugar falleció el 12 de junio de 2016 a sus 80 años.

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