María José Cristerna nació en el estado de Jalisco, México en 1976. Aunque creció en medio de una familia conservadora y muy religiosa, esto no fue impedimento para empezar las modificaciones en su cuerpo y piel, por las que hoy es conocida como ‘La mujer vampiro’ o ‘La mujer más tatuada del mundo’.
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Cuando tenía 14 años la mujer se hizo su primer piercing en la nariz. Tres años más tarde contrajo matrimonio y tras ser víctima de violencia familiar, decidió someterse a una transformación radical de su cuerpo y piel.
“Amo tanto la pintura que si la puedo poner en un lienzo, por qué no en mí. Traigo otras cosas (tatuajes y modificaciones) que para muchos pueden ser satánicas. Para mí simbolizan lo bueno y lo malo que hay dentro del ser humano”, dijo en una entrevista en 2011 para hablar sobre sus tatuajes.
María José o ‘Mary Jose’, como le dicen de cariño sus familiares cuenta en la actualidad con tres Récords Guinness por el número de modificaciones corporales en su cuerpo: en total tiene 47, entre tatuajes, perforaciones, colmillos y cuernos.
Cristerna, quien es abogada penalista, asegura que su cuerpo representa la “libertad de expresión al máximo” y por eso muestra orgullosa las expansiones en sus orejas, su lengua bífida (partida), los implantes en sus pómulos y extremidades, y los múltiples piercings en sus labios, lengua, cejas, lóbulos y ombligo. María José también tiene tatuajes en sus ojos que le dan un aspecto aún más enigmático y parte de su cuero cabelludo está rapado y tatuado.
Madre, tatuadora y defensora de los derechos de las mujeres
Aunque Cristerna llama la atención por su aspecto en cualquier lugar que visita, hay aspectos de su vida más llamativos que sus propios tatuajes. Tras ser víctima de violencia doméstica, María José se vinculó con el gobierno mexicano y trabaja en una fundación que protege a las mujeres víctimas de maltrato.
“Si logras salir de esto (como yo) no puedes permitir que siga pasando. Tienes que levantar la voz (…) Por esto mismo me lleno de valor y pretendo apoyar a todas las que vivan lo mismo”, aseguró en una entrevista.
La mujer ha visitado varios países del mundo como tatuadora profesional e incluso es cantante de una banda de metal y diseñadora de vestuario. Asegura que junto a sus cuatro hijos lleva una vida cotidiana y se ha ganado el respeto entre sus conocidos por el mismo respeto que ella les ofrece.
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“Siempre suelo ser amable con la gente, porque ellos siempre quieren algo de ti: tocarte, una foto, conversar… siempre tienen algo que preguntar”, confesó la mujer quien actualmente está en una relación sentimental con otro tatuador, que al igual que ella, tiene piercings, tatuajes en incrustaciones en su cráneo.
Sobre los títulos que le han dado por su aspecto, entre ellos el de ‘mujer vampiro, María José afirma que le gustaría ser llamada por su nombre. “Me gusta que las personas sean llamadas por sus nombres. Los seudónimos suelen bajar el perfil del individuo”, sentenció.