La historia del millonario Freddie Figgers ha cautivado las redes sociales luego de que explicara que cuando era bebé fue abandonado en un contenedor de basura.
El joven empresario comentó su experiencia de vida para BBC Outlook y cómo fundó Figgers Communication, una empresa con un valor de 62 millones de dólares.
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“Los niños solían burlarse de mí; me llamaban ‘bebé basura’, me decían ‘nadie te quiere… eres sucio’. Recuerdo ocasiones en las que me bajaba del bus escolar y niños me agarraban y me tiraban en botes de basura y se reían de mí”, comentó Figgers en la entrevista.
El pequeño fue adoptado por una pareja de adultos mayores: Nathan, de 74 años y Betty May, de 66, quienes cuidaron de él después de haber sido abandonado.
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Cuando Freddie empezó a hacer preguntas, su padre fue sincero y le contó que su madre biológica lo abandonó y para evitar que fuera enviado a casas de acogida decidieron hacerlo parte de la familia.
El empresario nunca tuvo la necesidad de buscar a sus padres biológicos debido a que creció en una familia amorosa y sus padres adoptivos siempre estuvieron a su lado.
“Son personas grandiosas. Me enseñaron a ser íntegro, a hacer siempre lo correcto, a nunca olvidar mis orígenes. Vi a mi padre siempre ayudando a la gente, deteniéndose en el camino a asistir a extraños, alimentando a los sin techo…”, argumenta el exitoso empresario.
El regalo que inspiró a Freddie Figgers
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El padre del joven tenía dos trabajos como operario de mantenimiento, mientras que Betty May trabajaba en la agricultura. A pesar de que no tenían mucho dinero, le regalaron a Freddie una computadora Macintosh de segunda mano, cuando cumplió 9 años.
El regalo cambió la vida de el pequeño y al intentar arreglar algunos cables dañados que tenía la máquina encontró algo el oficio que le apasionaba.
“Tome partes de una radio despertador y las soldé y tras unos 50 intentos finalmente logré que la computadora funcionara. Fue entonces que supe que eso era lo que quería hacer en mi vida”, comenta sobre su experiencia.
El acoso escolar que recibió el joven quedó en el pasado y a una corta edad aprendió a codificar. Posteriormente, asistió a un programa postescolar e incluso fue contratado en el ayuntamiento para reparar computadoras averiadas.
No obstante, para llegar al lugar que ahora se encuentra, Freddie Figgers tuvo que enfrentarse a varios retos: su anciano padre inició a sufrir de Alzheimer y se perdía cuando el joven tenía 17 años.
“Salía de casa pensando que lo estaban persiguiendo y a veces olvidaba ponerse la camisa o el pantalón, pero noté que nunca dejaba de ponerse los zapatos”, comentó sobre la enfermedad de su padre.
Los zapatos inteligentes
Ante la situación, el joven abrió las suelas de sus zapatos y le puso un circuito, con un micrófono, un parlante y una tarjeta de red de amplio alcance que integró a su laptop.
“Todo esto era antes de que existieran Apple o Google Maps, así que lo integré con Tomtom para que cuando mi padre desapareciera yo pudiera presionar un botón en mi computadora y preguntarle dónde estaba”.
El GPS que Freddie Figgers creó para su padre fue un éxito y vendió la tecnología del zapato inteligente por 2 millones de dólares, dinero que no pudo disfrutar con Nathan debido a que falleció al poco tiempo.
“Fue entonces que aprendí que el dinero no es más que una herramienta y me propuse hacer todo lo posible para tratar de dejar el mundo mejor cuando sea mi turno de irme, porque mi padre, sin ser rico, tuvo un impacto en la vida de mucha gente, y yo quería hacer lo mismo”, explica el empresario.
Freddie Figgers empezó a trabajar en su idea de negocio que era lanzar una compañía de telecomunicaciones enfocada en las zonas rurales como en la que él vivía.
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“La mayoría de la gente seguía usando conexión dial-up para acceder a internet. Así que, después de 394 intentos, finalmente la FCC me otorgó una licencia”, explicó sobre sus inicios en el negocio.
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A los 21 años, Freddy recibió su licencia como operador de telecomunicaciones e inició a formar la firma Figgers Communications, empresa que con el paso de los años se ha convertido en un éxito financiero.
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