En muchas fotografías antiguas se puede observar que las personas no sonreían, ni mostraban rasgo de alegría. En estas reliquias en blanco y negro del siglo XIX, sin importar la edad, nadie parecía feliz en el momento exacto de capturar las fotos.
Lo que poca gente sabe es que detrás de estas misteriosas, lúgubres y hasta terroríficas imágenes, hay una explicación por la cual nadie parecía estar alegre.
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¿Por qué nadie sonreía en las fotografías antiguas?
La primera razón se le adjudica a la tecnología, ya que para esa época no era tan instantáneo tomar una foto. Se requerían varios minutos y permanecer inmóvil durante un tiempo prolongado para que el fotógrafo consiguiera capturar el momento.
Por esta razón, era más fácil mantener el rostro serio que una sonrisa fingida durante 20 minutos. Pero más allá de la tecnología la ausencia de sonrisas en fotos antiguas se relaciona con las costumbres de la época.
Antes de la fotografía la manera de capturar una imagen para la posteridad era mediante la pintura. A medida que esta práctica dejó de ser exclusividad de reyes, se volvió tradición que las familias o los individuos mandaran a pintar sus retratos.
Acá, el objetivo del artista era conseguir capturar de la manera más precisa las facciones del retratado, por eso la mejor opción era un rostro inexpresivo.
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Sin embargo, exhibir los dientes o una amplia sonrisa en estos retratos se consideraba inapropiado, ya que se relacionaba con locura, alcoholismo, informalidad e inmadurez.
Cuando llegó la fotografía, esta costumbre estaba tan arraigada que las poses siguieron siendo las mismas.
Y así fue hasta 1900, cuando llegó una de las primeras cámaras asequibles para el público.
A medida que este objeto se popularizó entre la gente del común, las fotos se volvieron más espontáneas y genuinas. Las sonrisas empezaron a aparecer y el resultado dejó de ser tan escalofriante.
La historia desde ese momento hasta la actualidad ya la conoces. Llegaron las instantáneas, las digitales, los celulares, las selfies y las sonrisas blanqueadas y perfeccionadas por filtros sin los que ya muchos no podrían vivir.
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