El fin del mundo: un tema del que todas las personas han hablado alguna vez y del que existen muchos interrogantes como si realmente sucederá, cómo o cuándo; y ante estas hipótesis, el gobierno de Noruega creó una ‘bóveda del fin del mundo’.
Aunque este no es un invento nuevo, pues se creó en 2008, la ‘bóveda del fin del mundo’ es algo que pocos conocen. Se trata de un enorme depósito en el que se guardan más de un millón de muestras de semillas. El objetivo es preservar un ejemplar de cada una de estas en todo el mundo para que puedan ser replicados en caso de una catástrofe natural o bélica.
Situada en el archipiélago de Svalbard, Noruega, la ‘bóveda del fin de los tiempos’ recibió en febrero de 2022 cerca de 22.000 nuevas muestras, provenientes de distintos países.
En total suma 1.125.000 semillas, con casi 5.500 especies y 89 bancos de genes, de acuerdo a los datos oficiales de la organización.
¿Cómo es y quiénes están a cargo?
La organización internacional Crop Trust y el Centro Nórdico de Recursos Genéticos y el Gobierno de Noruega están a cargo de este proyecto.
La infraestructura está ubicada en una montaña del Ártico, a 130 metros sobre el nivel del mar para asegurar que el suelo esté seco, donde las semillas se mantienen bajo una temperatura media de 18Cº. Además, se divide en tres almacenes y se extiende más de mil metros cuadrados bajo tierra en una fachada de hormigón rectangular.
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Esta zona es uno de los territorios con menos actividad sísmica y su frío característico permite las conservación de las plantas, incluso, sin electricidad. La instalación está diseñada para sobrevivir durante miles de años y soportar cualquier tipo de desastre.
Asimismo, para reducir al mínimo la exposición de los bancos de semillas al mundo exterior, la bóveda abre sus puertas en reducidas ocasiones. Se prevé que este año lo haga entre junio y octubre.
En la reserva de semillas han contribuido los bancos de genes de Sudán, Uganda, Nueva Zelanda, Australia, Alemania y el Líbano, entre ellas, mijo, sorgo y trigo.
Además, el Centro Internacional de Investigación Agrícola en Zonas Áridas, que ya realizó tres retiradas de semillas en los años 2015, 2017 y 2019 (Siria, Líbano y Marruecos), traerá alrededor de 8.000 nuevas semillas.
“El hecho de que la colección de semillas destruidas en Siria durante la guerra civil se haya reconstruido sistemáticamente demuestra que la bóveda funciona como un seguro para el suministro actual y futuro de alimentos y para la seguridad alimentaria local”, citó Reuters a la ministra de Desarrollo Internacional de Noruega, Anne Beathe Tvinnereim.