Maxine y Jake Young se casaron en 2016 y desde el comienzo de su matrimonio soñaron con ser padres. Sin embargo, luego de varios intentos y costosos tratamientos, la mujer no lograba quedar embarazada. Por esa razón decidieron adoptar cuatro niños… sin saber que en el futuro tendría cuatrillizos.
Entre sus planes, solo estaba adoptar a una niña pero al toparse con un grupo de tres hermanos decidieron acogerlos a todos para no separarlos. Con el tiempo, volvieron a llamar a la pareja por el nacimiento de un nuevo bebé y ellos decidieron recibirlo para formar así una familia con cuatro hijos adoptivos.
Seis meses después, para sorpresa de la pareja, Maxine quedó embarazada de su primer hijo biológico. Ante la emoción, decidieron preparar todo para la llegada del nuevo pequeño que nació sin ningún contratiempo.
Todo marchaba bien con la crianza de sus cinco nuevos hijos cuando en enero de 2020, la mujer volvió a quedar embarazada. No obstante, la verdadera sorpresa llegó en uno de sus controles prenatales.
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El médico le informó que estaba esperando en realidad cuatrillizos en un embarazo que era de alto riesgo. A pesar de que los médicos les aconsejaron “reducir los bebés a dos” para darles una mejor oportunidad de supervivencia, la pareja se negó a hacerlo y continuó con el embarazo.
“Estaba emocionada, pero también muy, muy nerviosa porque definitivamente es un embarazo de alto riesgo”, señaló Maxine en una entrevista donde afirma que no planificó nada de lo que estaba pasando y no pensó que podría concebir de forma natural, en parte debido a su síndrome de ovario poliquístico.
Aunque los bebés nacieron en agosto de 2020 de manera prematura, ahora están bien y en casa, en medio de la pandemia.
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Ahora, la familia Young comparte un grupo de hijos distribuidos de la siguiente manera: Aiden, de 8 años; Parker, 5; Connor, 4; y Elliott, 3; un hijo biológico de 23 meses, Henry y los cuatrillizos biológicos de 8 semanas, Theo, Silas, Beck y Cecilia.
La pareja creó una cuenta de Instagram y un canal de Youtube para contar su insólita historia. “Siempre les hemos explicado a los niños que la sangre no forma una familia, es a quien amas. El amor hace a una familia”, sentenciaron los ahora padres de 9 niños.
