Freddie Mercury es sin duda una de las estrellas que pasó la historia, pero jamás será olvidado. Su voz, sus letras y su personalidad marcaron un antes y después en la música.
Aunque todos reconocemos su rostro con ese característico bigote o esa pose con el brazo hacia el cielo, hay datos de su vida que solo un verdadero fan sabría.
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Su verdadero nombre es no Freddie Mercury
Nacido en Tanzania, el cantante recibió el nombre de Farrokh Bulsara. A los 8 años fue a estudiar a Bombay, donde adoptó el nombre de Freddie.
Ya en Inglaterra construyendo su carrera musical agregó el apellido Mercury, luego de componer la canción ‘My Fairy King’.
Un verdadero amante de los gatos
El artista tuvo 10 gatos a los que cuidaba como sus hijos: Delilah, Dorothy, Oscar, Mike, Tom, Jerry, Goliath, Lily, Romeo y Tiffany.
Incluso, se sabe, que durante sus viajes, los llamada por teléfono para ‘conversar’ con ellos.
‘Tour de la infancia’ de Freddie Mercury
Aunque el cantante no habló mucho sobre su infancia en Zanzíbar, ahora sus fanáticos pueden hacer un recorrido en varios lugares emblemáticos.
Entre estos está la casa en la que creció, el lugar en el que iba con su familia a rezar y el lugar donde trabajó su padre. Además, la ciudad ha adoptado establecimientos como restaurantes y tiendas de regalos con su nombre.
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La historia detrás de su bigote
En 1980, Queen presentó ‘Save Me’, una canción que mostraba una nueva faceta de la banda y con este, Freddie Mercury se mostró con un nuevo aspecto, con cabello corto, las uñas sin pintar y un abundante bigote.
Aunque este resultó ser muy polémico, el cantante quiso reafirmar con esto su identidad sin importar los comentarios de los demás. El bigote se hizo muy popular en esa década y fue característico de la comunidad gay de la época.
La historia del disfraz de hombre de la princesa Diana
Freddie mantuvo una cercana amistad con la princesa Diana, pero el acoso de los medios no permitía que pudiesen disfrutar de su relación.
Se cuenta, que un día, el artista disfrazó a Lady Di de hombre para salir de fiesta a un bar gay. Con una chamarra militar y un pantalones de mezclilla, la mujer pudo pasar inadvertida toda la noche y disfrutar con sus amigos.
Se dice que esta no fue la única vez que esto ocurrió y la princesa solía escaparse para asistir a este tipo de reuniones.
