La nutricionista Andrina Albertti migró a Chile hace cuatro después de una experiencia médica que “de haber estado en un país más desarrollado” se hubiese podido resolver, además de la inseguridad y otros aspectos que afectaban su calidad de vida.
Hoy en día extraña aspectos tan diversos como su familia, hasta los médicos venezolanos; sin embargo agradece haber escogido Santiago de Chile como su nuevo hogar.