Romy Marrero y Belén Marrero, la esposa y hermana respectivamente de Roberto Marrero, jefe de Despacho de la Asamblea Nacional, narraron este martes las vicisitudes que la familia ha vivido tras la detención el 21 de marzo del político, considerado la mano derecha del presidente del parlamento, Juan Guaidó, quien lleva más de 130 días preso.
Entrevistadas por César Miguel Rondón en el programa En Conexión, relataron que evitan preocuparse por el tiempo que pasa ante la incertidumbre que pueda ocurrirle a Roberto Marrero, aunque lo intentan manejar “para no angustiarnos”.
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“Ves que pasan cumpleaños, fechas importantes, la anarquía es mayor en Venezuela (…) pero la angustia es en las noches. Cuando es la visita y no puedes estar. Cuando recibes las llamadas desde El Helicoide, que son tres minutos y se corta”.
Al respecto, indicó Romy Marrero que solo pueden hablar dos veces a la semana y las llamadas duran tres minutos. “A veces permiten llamar otra vez”. Dijo además que se encuentra anímica y físicamente en buen estado, información que conoce gracias a las visitas realizadas por los hermanos de Marrero y su mamá, quienes van dos veces a la semana -cuando no suspenden las visitas-.
Por su parte, Belén Marrero considera que el testimonio del exdirector del Sebin, Manuel Cristopher Figuera, debe ser considerado como válido porque confesó haber sembrado armas a su hermano por órdenes de Nicolás Maduro. “Eso quiere decir que mi hermano es inocente”, subrayó.
Considera que tras la detención de su hermano, el Ejecutivo presidido por Nicolás Maduro ha buscado mermar el equipo político de Juan Guaidó. Es de la opinión de que la libertad del dirigente político está asociada a la libertad de Venezuela.