César Miguel Rondón analiza la petición de Nicolás Maduro de instalar huertos y gallineros en las escuelas como una vía para atajar la crisis de alimentos que sufre el país y para enseñar a los estudiantes a “producir con sus manos”.
“Mientras el dictador vende espejitos y quiere lucir magnánimo con su ejército de gallinas, el pueblo venezolano pasa hambre”.