La neozelandesa Laurel Hubbard se convertirá en la primera persona transgénero en competir en unos Juegos Olímpicos, luego de que la Federación Internacional de Halterofilia la confirmara como una de las atletas que participarán en los Juegos de Tokio 2021.
La jefa del Comité Olímpico de Nueva Zelanda, Kereyn Smith, indicó que Hubbard, nacido hombre pero convertida en mujer, cumple todas las condiciones para la participación de los atletas transgénero en estas justas deportivas y por eso hará parte de la delegación de este país.
“Reconocemos que la identidad transgénero en el deporte es un tema altamente delicado y complejo que exige un equilibrio entre los derechos humanos y la ecuanimidad en el terreno”, afirmó Smith frente a la clasificación de esta atleta de 43 años.
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Hubbard, que practica este deporte desde corta edad y sufrió una importante lesión de codo en 2018, comenzó en 2012 su proceso de reasignación de sexo y en 2017 ya se proclamó vencedora del Open Internacional de Australia, celebrado en Melbourne.
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“Me siento agradecida y honrada por la amabilidad y el apoyo que he recibido de tantos neozelandeses. Cuando me rompí el brazo en los Juegos de la Mancomunidad hace tres años, me dijeron que mi carrera deportiva probablemente había llegado a su fin. Pero su apoyo, sus ánimos y su amor me guiaron en la oscuridad”, indicó esta mujer transgénero.
Polémica por la desventaja
Laurel Hubbard, quien también compitió como hombre, fue reconocida como una atleta femenina después de haber demostrado niveles de testosterona inferiores a los autorizados por el Comité Olímpico Internacional (COI).
Sin embargo, su reconocimiento y ahora su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio ha generado una gran polémica ante el escenario de que los atletas trans compitan en categorías femeninas, por lo que ha sido objeto de indignación, burlas y hasta ha recibido algunas críticas de algunas rivales.
A pesar de que su transición a mujer la realizó a los 35 años, Laurel Hubbard ha tenido que cumplir una serie de requisitos para que pueda participar en una competencia justa.
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Precisamente, la belga Anna Vanbellinghen, que probablemente competirá contra Hubbard, aseguró que su presencia sería “como un mal chiste” para las competidoras ya que estarán en desventaja.
“Soy consciente de que definir un marco legal para la participación trans en deportes es muy difícil, ya que hay una variedad infinita de situaciones y probablemente es imposible alcanzar una solución totalmente satisfactoria para todos los bandos del debate”, indicó Vanbellinghen.
De acuerdo con esta atleta, cualquiera que haya entrenado en el levantamiento de peso de alto nivel sabe que esta situación es “injusta” para el deporte y para las deportistas.
“Por supuesto, este debate se celebra en un contexto más amplio de discriminación contra las personas transgénero, y por eso la cuestión nunca está libre de ideología”, aseguró Vanbellinghen.
Asimismo, otros deportistas y miembros de las federaciones de halterofilia han afirmado que esta atleta transgénero tiene una ventaja natural en fisiología y fuerza.
Laurel Hubbard no suele conceder entrevistas pero en 2017 reconoció que era consciente que no tendría el apoyo de todo el mundo, pero confía en que la gente pueda tener la mente abierta y ver su trabajo en un contexto más amplio.
De esta forma, los detractores de Lauren aseguran que ella parte con una ventaja física por haber nacido hombre, en detrimento de las deportistas nacidas mujeres.
Finalmente, esta atleta transgénero competirá en los Juegos Olímpicos de Tokio en la categoría de más de 87 kilogramos, en la que ocupa el 16º puesto mundial.
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