Durante años, Diego Armando Maradona fue castigado severamente por su cuerpo. Lo hizo en la cancha, soportando con profesionalismo los gajes del oficio de ser futbolista; aguantó días y días en rauda carrera tras un balón, golpes y patadas, recursos que muchos usaron para detener su innegable talento. También lo hizo fuera de los gramados, con drogas, adicciones y excesos. Ese castigo inmisericorde a su propio ser a llevado a Maradona a sufrir considerables problemas de salud que pueden ser juntados en un largo historial.
Su último inconveniente llegó días después de que el mundo del fútbol celebró sus 60 años de vida. Maradona fue operado en Buenos Aires de un hematoma en la cabeza que nadie vio venir. Fue internado dos días después de que sopló las 60 velas y que el mundo le rindió tributo. La razón de su intervención era sencilla, pero sospechosa: un bajón anímico.
Los problemas de salud de Maradona en los últimos días se dejaron ver con facilidad. Le costaba moverse durante el homenaje que le hicieron durante sus 60 años. Además, estaba aislado en su casa, debido a que era un paciente de riesgo ante el coronavirus. Poco después fue a una clínica de La Plata, sin ganas de comer y “con el corazón roto”, como dijo Leopoldo Luque, su médico de cabecera.
Aunque su equipo médico afirmó que el procedimiento quirúrgico al que se sometería Maradona era algo de rutina, la preocupación por sus problemas de salud creció y creció. Todo comenzó en 1982, cuando era una promesa del fútbol mundial que buscaba impresionar con el FC Barcelona. Dio positivo por Hepatitis tipo A. No pudo jugar por tres meses.
En 1991 comienza la espiral en las drogas de Maradona, y con él los problemas de salud. Da positivo por cocaína en la Serie A, con el uniforme del Napoli. En abril del mismo año es detenido en Buenos Aires por posesión de drogas. Su salida en el Mundial de Estados Unidos 1994 es famosa. Dejó a la selección de Argentina al dar positivo por efedrina en un control de dopaje. Fue expulsado de la competencia.
La tensión arterial comenzó a pasarle factura a Maradona a finales de los 90 y los problemas de salud se agravaron. A principios de enero del 2000 una sobredosis de cocaína lo puso al borde de la muerte y reveló una grave enfermedad coronaria. Se retiró a Cuba para someterse a rehabilitación. Estuvo en la isla durante meses.
Años después, en 2004, Maradona recayó en las adicciones y los excesos. Sufrió una grave crisis cardio-respiratoria y de nuevo los problemas de salud se apoderaron de Maradona. En 2005 viajó a Colombia para hacerse un “bypass” gástrico, pues llegó a pesar 120 kílos, a pesar de que no llega al 1.70 metros de estatura.
Los últimos problemas de salud de Maradona, de acuerdo con FútbolRed, fueron artrosis en las rodillas, lo que lo ha limitado en movimiento. En 2019 sufrió dolores en la nuca, pero no estuvo internado. También llegó a desmentir principios de Alzheimer.
América Digital
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