Lionel Messi terminó cabizbajo la Copa América Centenario, en 2016, en Estados Unidos. Se colocó la medalla de segundo lugar con mucha vergüenza deportiva. No había podido darle un título a la Argentina. Mientras caían lágrimas albicelestes, Chile celebraba su bicampeonato continental. Justo en ese momento Messi pensó renunciar a la selección, irse de allí lejos, como lo quiso hacer con el Barcelona luego de la humillante derrota ante el Bayern Múnich.
Quizás son simples casualidades, pero es imposible no paralelizar el capítulo con la selección Albiceleste en 2016 y la crisis que se desató en Barcelona cuatro años después. Al fin de cuentas, ambas han sido renuncias de Messi que no se han concretado; el jugador, en las dos oportunidades, ha regresado a las filas de los equipos.
Cuatro años antes de quererse ir del Barcelona, y posteriormente cambiar de postura, Lionel Messi quiso dar un paso al costado en la selección. Poco después de la ceremonia de premiación de la Copa América Centenario, el astro argentino fue abordado por la prensa, y soltó una frase que hizo temblar a todo un país.
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“Pensándolo mucho en el vestuario, creo que ya está para mí la selección, ya se terminó”, dijo en su momento el jugador, cuyas palabras fueron plasmadas por los diarios más importantes de Argentina y el mundo, como La Nación; fue la primera de las renuncias de Messi. “La peleé mucho, lo intenté, son cuatro finales y no pude ganarlas. Hice todo lo posible. Me duele más que a ningún otro, pero es evidente que no es para mí. Deseaba más que ninguno un título con la selección y lamentablemente no se me dio”.
Hubo manifestaciones de fanáticos de la selección de Argentina. Peticiones de que se quedara con el combinado. Que tratara de jugar Rusia 2018 y también la Copa América 2020. Al final, Messi no renunció y regresó a la selección, tal y como lo ha hecho esta vez con el Barcelona.
La segunda de las renuncias de Messi fue diferente. Esta vez trató de hacerlo por los canales oficiales. Le mandó un burofax a la presidencia de los culés para anunciar que ya no quería seguir en el club. Era una decisión que sonaba desde hace un tiempo en Barcelona. La ciudad perdió la cabeza. Hubo manifestaciones cerca del Camp Nou, discusiones entre Josep María Bartomeu (presidente del club) y Jorge Messi (padre y representante de Leo), pretensiones de otros equipos y, al final, Messi perdió la batalla y tuvo que aceptar su vuelta y estadía en la institución un año más.
Messi será recordado siempre como uno de los mejores jugadores de fútbol de la historia e, indudablemente, como una pieza histórica en la selección de Argentina y en el Barcelona, pero también lo perseguirán las dos ocasiones en las que “renunció” y regresó.
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