La crisis del Lionel Messi y el FC Barcelona no amaina, pues el jugador argentino se ha declarado en rebeldía al negarse a ir a la ciudad deportiva del club a hacerse la prueba obligatoria de COVID-19. La relación del capitán con el tren directivo azulgrana está cada vez peor, y tal parece que las presiones de ambos bandos continúan.
El diario catalán Sport informó que Messi sigue pensando en su salida del club. En este sentido, el jugador le comunicó a los culés que no irá este domingo a la Ciudad Deportiva Joan Gamper para hacerse las pruebas PCR de coronavirus, un requisito obligatorio para que los jugadores se unan a la pretemporada de la institución.
La decisión de Messi de no acudir al complejo del Barcelona a hacerse la prueba de COVID-19 llega después de que el argentino trató de debilitar la crisis reuniéndose con los altos ejecutivos del equipo. Sin embargo, los directivos no quieren hablar con el rosarino, a menos que sea para discutir su renovación de contrato. Las acciones de cada bando se han convertido en estrategias de presión.
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Messi y su entorno creen que es posible una salida del FC Barcelona debido a que consideran que la cláusula de rescisión unilateral continuó vigente hasta la eliminación de los culés por el Bayern Múnich en la Champions. Sin embargo, el presidente Josep María Bartomeu y su tren ejecutivo alegan que la opción de Leo se venció meses antes.
Según Sport, en la comunicación de Messi con el Barcelona, sobre no acudir a la ciudad deportiva, el argentino resaltó el deseo de salir en buenos términos de la organización; eso quiere decir que la decisión de Leo está tomada y solo legalidades evitarían su ida del club. Hay varios equipos detrás del rosarino, pero el mejor posicionado por ahora es el Manchester City de Pep Guardiola.
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