Dentro de la cabeza de Ronaldo Nazario, el Fenómeno, el fútbol sigue la vida misma. Quizás fue un Dios durante tanto tiempo que todavía siente que el tiempo no le ha golpeado. A veces, cuando está cerca de un balón, bien sea en una cancha random o viendo los entrenamientos del Real Valladolid, el club español que preside, siente que puede volver a jugar al fútbol. Percibe que si se esfuerza, puede volver a correr detrás de una pelota, aunque sea como diversión.
“En mi cabeza, creo que todavía puedo hacerlo”, confiesa en un largo y profundo trabajo de Sports Illustrated. “Y cuando alguien me pasa un balón dos metros por encima de mí, en mi mente pienso que puedo llegar a ella. Ese es un gran error, porque no puedo. A veces hay buenos partidos para las leyendas, y quiero ser parte de ellos”.
Uno de los secretos de la vida actual de Ronaldo Nazario es que, el que antes podía hacerlo todo en el fútbol, tiene alrededor de tres años sin jugarlo. Nunca, ni siquiera en su mejor momento, fue un atleta delgado. Siempre demostró fortaleza superior a los 80 kilos. Pero al final de su carrera la masa comenzó a subir más y más. Hoy es una persona normal con un pasado divino en los terrenos. “Ronaldo El Gordo”, se le conoció en las canchas muchas veces, de manera cariñosa y a veces no tanto.
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“No me importa si la gente me recuerda como ‘Ronaldo el gordo’ o ‘Ronaldo El Fenómeno’. Lo hice lo mejor que pude”, dice para la prestigiosa revista estadounidense. “Tuve una gran carrera y ahora comencé una nueva. Ya también quiero ser el mejor”.
Es cierto que Ronaldo Nazario, el Fenómeno, no tiene la vida del mejor presidente de LaLiga actualmente. Florentino Pérez, en el Real Madrid, -casualmente el hombre que le fichó después del Mundial de 2002- se puede llevar todos esos laureles. Pero dentro de las canchas sí lo fue. Para muchos solo está por detrás de Pelé, cuando se habla de delanteros históricos. Para otros, no pocos, es el dios de dioses. El sueco Zlatan Ibrahimovic lo ve como el más grande de todos los tiempos, por ejemplo.
Ni siquiera el cielo era el tope para Ronaldo en su mejor momento. Salió del Cruzeiro de Brasil en 1994 y llegó al PSV de Holanda para establecerse como uno de los goleadores más efectivos, peligrosos y virtuosos que había visto Europa. Solo en su primer año en Holanda, la temporada 1994-95, anotó 35 goles en 36 partidos de todas las competiciones. Y eso que al terminar esa campaña solo tenía 19 años. Hasta el Erling Haaland actual, con todo y sus 20 años, le hubiera gustado tener una zafra así con 19 primaveras cumplidas.
La vida de Ronaldo ‘El Fenómeno’ cambió cuando llegó al FC Barcelona con 20 años y se convirtió en un ser imparable para el fútbol de España. Quedó líder goleador de la temporada 1996-97, con 34 anotaciones en 37 partidos. Mientras que sumó 47 en 49 encuentros en todas las competiciones de los culés. Pero pronto se fue del Camp Nou para parar en Milán, con el Inter. Allí llegaron dos lesiones bastante serias en su rodilla derecha que acabaron con dos años en su mejor momento. Quizás sin esos inconvenientes hoy la leyenda de Ronaldo sería mucho más grande.
¿De dónde viene su nombre?
Es muy extraño que el nombre de Ronaldo tenga tanto éxito en el fútbol mundial, y no por él, sino por las casualidades. Él, Ronaldo Luis Nazario de Lima, es el ‘ancestro’ de dos de los más grandes jugadores que comparten nombre. Uno de ellos es Ronaldo de Assis Moreira, mejor conocido como Ronaldinho, por mucho tiempo uno de sus compañeros más alegres de la selección de Brasil. El otro es Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro, que se ha hecho tan grande, que ahora es necesario acompañar el nombre de Ronaldo con Nazario o El Fenómeno para reconocer al brasileño.
“Supongo que el nombre Ronaldo trae suerte en el fútbol”, dice Ronaldo ‘El Fenómeno’, antes de hablar de uno de los grandes secretos de su vida: el origen de su bautismo. “El médico que me trajo al mundo (en Río de Janeiro, el 18 de septiembre de 1976) lo hizo gratis porque mis padres no podían pagarle. Finalmente mi padre le llevó tres kilos de camarones que recogió en la playa, y luego me dieron el nombre del médico”.
El corte de cabello en el Mundial 2002
Ronaldo tuvo mucho crédito en el título de la selección de Brasil del Mundial de Corea-Japón 2002. No hubo un mejor jugador que él en el torneo. Anotó ocho goles en siete partidos, incluyendo los dos de la final que le dieron el cetro a la Canarinha. Esa gran actuación siempre será ilustrada con fotos de Ronaldo con un extraño flequillo que llamó la atención en el planeta entero. Incluso niños lo comenzaron a imitar. Pero eso tenía una explicación.
“Fue horrible. Pido disculpas a todas las madres que vieron a sus hijos hacerse el mismo corte de pelo”, grita durante la entrevista, antes de revelar uno de los secretos de vida: Ronaldo se hizo ese corte para distraer a los periodistas de una lesión muscular que sufría. “Así que me hice el corte de pelo. Vi a mis compañeros de equipo y les pregunté: ‘¿Les gusta?’ Ellos me dijeron: ‘¡No, es horrible! ¡Córtate eso!’. Pero los periodistas vieron mi corte y se olvidaron de la lesión”.
Dida, un compañero anticonvulsiones
Una de las historias míticas de Ronaldo es que durante la Copa Mundial de Francia 1998, cuando también intimidaba al mundo, le ocurrió un suceso extraño antes de la final contra los galos. Se cuenta que el goleador almorzó y tomó una siesta antes de salir al estadio. Mientras dormía comenzó a convulsionar y se le vio muy afectado durante el partido final, el cual ganó Francia 3-0.
Para la final del Mundial 2002, Ronaldo no quería que le pasara de nuevo, pues todo pintaba que era el partido de su vida. “Estaba caminando por los pasillos buscando a alguien para hablar conmigo y no quedarme dormido. No quería que todo volviera a suceder”, cuenta ‘el Fenómeno’. “Encontré a Dida (portero suplente de Brasil por aquel entonces) y le dije: ‘Dida, por favor, quédate conmigo… Háblame’. Y estuvo conmigo hasta que salimos en el autobús rumbo al estadio”.
Sus goles favoritos
Sumando los tantos que anotó para los siete clubes que jugó en su carrera, además de los que hizo con la selección de Brasil, Ronaldo suma casi 500, y eso que tuvo años de lesiones y se retiró relativamente joven por su condición física. Es difícil que se acuerde de todas esas anotaciones, pero sí tiene algunas favoritas.
“Amo todos mis goles; son como mis bebés. ¿Pero algún favorito? Siempre elijo los dos con Brasil contra Alemania en la final de 2002”, confiesa Ronaldo sobre los goles más queridos de su vida. “No fueron los más hermosos, pero tuvieron mucha importancia. Dos años antes nadie creía que pudiera volver a jugar fútbol. Fui máximo goleador y ganamos el Mundial. Esos dos goles representan mi gran pelea durante dos años”.
Michael Jordan y el Valladolid
En el verano de 1999, en Oregon, donde queda la empresa de Nike, sucedió que dos dioses del deporte se estrecharon las manos. Michael Jordan, considerado el mejor jugador de la historia del baloncesto, conoció a Ronaldo Nazario y le dijo algo divertido: “Entonces, tú eres el Michael Jordan del fútbol”. Ronaldo pensó: “Wow, eso es un enorme cumplido”. Y como Jordan, con los Charlotte Hornets, decidió invertir en un equipo pequeño de su profesión.
La vida de Ronaldo el Fenómeno transcurre principalmente en un apartamento lujoso en Madrid. Cerca está su oficina y desde allí preside al Real Valladolid, un equipo de la Primera División de España que siempre lucha por mantenerse en la categoría. Dos días a la semana el brasileño conduce de Madrid hasta Valladolid para estar cerca de sus jugadores. “Estoy involucrado en todo”, comenta. “Quiero estar cerca de los jugadores y ver qué necesitan, pero trato de no acercarme demasiado, de quedarme en mi lugar, No quiero ser el presidente que dice: ‘quiero esto y aquello, de lo contrario, ¡te despido!’”.
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