Infusiones calientes, limón, agua con sal, ajo y cebolla, son algunos de los alimentos o brebajes que se han popularizado (erróneamente) para tratar el coronavirus. El neumólogo pediatra y epidemiólogo, Gustavo Aristizábal, explica en América Digital por qué no debe usarse el ajo contra la COVID-19.
“Cuando este tipo de alimentos se consume en una manera mayor de lo esperado para el organismo, producen varias manifestaciones que pueden ser nocivas”, indicó el epidemiólogo. Aristizábal añade que el cuerpo humano debe estar ‘dispuesto orgánicamente’ para enfrentar la COVID-19; por lo que el consumo en exceso puede impedir una buena respuesta del sistema.
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“El ajo produce mucha irritación de la vía aérea, de la vía digestiva cuando se consume en cantidades más de lo que se puede usar en una comida común y corriente”, puntualizó.
A inicios del mes de febrero se viralizó en redes una supuesta receta que incluía ajo, que aparentemente curaba el coronavirus. Sin embargo, ni las autoridades sanitarias de cada país ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) han recomendado su uso para tratar el virus.
Medidas por “desespero”
Para el cirujano Jaime Lorenzo, de la ONG Médicos Unidos, “estas medidas forman parte del desespero” provocado por una pandemia ya deja más de 1.500.000 contagiados en el mundo.
“Como hombres de ciencia todo remedio tiene que tener un evidencia científica”, remarca Lorenzo en diálogo con la agencia AFP.
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Si bien el uso de estos brebajes es parte de costumbres “ancestrales”, sus beneficios no están probados, aclara Lorenzo; al alertar sobre los riesgos de quemaduras en la boca y el tracto digestivo por el consumo de infusiones demasiado calientes.
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América Digital con información de AFP