El escenario político en los Estados Unidos se complica cada día más. La pandemia del COVID-19 se juntó con el clima de protestas por el asesinato de George Floyd, y las declaraciones de Donald Trump han polarizado aún más la situación.
El profesor del departamento de Política y Relaciones Internacionales en la Universidad Internacional de Florida, Eduardo Gamarra, analizó la situación en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Trump piensa que la mejor estrategia para gobernar y reelegirse es polarizar el país. Esa estrategia le funcionó en 2016 y de alguna manera le ha funcionado en los últimos tres años y medio. El presidente cree que la mejor forma es gobernar solo con un sector que lo ha apoyado y tolerado”, explicó el especialista.
Expresidentes critican la gestón de Trump
Las críticas hacia Trump se incrementan a tal punto que varios expresidentes acusaron al mandatario de querer “dividir al país”.
“Históricamente los expresidentes han sido muy cuidadosos de hacer comentarios negativos sobre la persona que está ocupando la casa blanca. Por ejemplo, Bill Clinton, Geroge Bush y Barack Obama, no habían sido críticos de Trump en los primeros tres años, pero se ha llegado al extremo con la situación de Floyd. Dice mucho la posición de Bush, un hombre conservador pero muy crítico de Trump”, dijo Gamarra.
La tensión se incrementa por la carta que hace pública el ex secretario de Estado, el general Jim Mattis, y la polémica respuesta de Trump.
“Algo importante fue lo que sucedió esta semana, que tiene que ver con el uso de los militares en acciones policiales. En gran medida esa fue la gota que rebasó el vaso para los militares que cumplieron funciones en esta administración. Han tolerado las declaraciones controversiales del presidente sobre temas internacionales, pero ordenar a los militares tomar acciones contra las manifestaciones fue demasiado. Hay una tradición muy fuerte que básicamente prohíbe el uso de la fuerza militar en acciones que le corresponden a la policía”, expuso el catedrático.
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Todo este ambiente ocurre a meses de las elecciones presidenciales, donde Trump aspira ser reelegido.
“Todo ha sido electoral. Incluso la elección de 2016 se puede decir que no ha terminado. No hemos tenido un descanso del enfrentamiento entre demócratas y republicanos, y el presidente ha gobernado así. Pero ahora, tenemos un momento donde exfuncionarios se le están revelando a Trump y vemos en las encuestas una caída notable del apoyo al presidente. Trump no ha cambiado de estrategia porque hay sectores que aún no lo apoyan”, dijo Gamarra.
De hecho, también apuntó que el mandatario está afinando su táctica electoral. “Los sectores conservadores activos son los que tienden a votar y ellos han sido la base electoral del presidente. Si tenemos baja participación en las elecciones, el presidente pudiera perder el voto popular pero ganar el voto electoral y reelegirse“, afirmó el experto.
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