Este jueves el Gobierno de Alberto Fernández en Argentina hizo oficial la prórroga hasta el 2 de junio de la negociación con los bonistas para reestructurar el pago de la deuda externa de su país. La cual alcanza una cifra de 65.000 millones de dólares.
Según el portal argentino Vox Populi, fuentes oficiales habrían dejado trascender que debido a que todavía están en marcha algunas conversaciones, no se puede hablar de un default declarado, sino más bien de “algo suave y conversado entre las partes”.
En una entrevista para el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón, el economista y director de C&T Asesores Económicos, Camilo Tiscornia, explicó qué podría pasar en los próximos días entre el Gobierno argentino y los acreedores.
En primer lugar, el experto criticó la manera en la que ha bautizado la administración de Fernández este nuevo cese de pago en la nación, considerando que “el adjetivo sobra” en la calificación de default suave.
De hecho, Tiscordia sostuvo que si ya el país no logró cancelar su deuda este 22 de mayo (que era la fecha tope para hacerlo) lo más probable es que quede insolvente.
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Sin embargo, apuntó que la extensión del plazo de negociación podría ser algo positivo, ya que, a su juicio, las autoridades de Argentina han tenido un cambio de actitud.
La propuesta oficial para los acreedores, señaló el experto, ha logrado flexibilizarse luego de haber sido “muy agresiva”. Un hecho que especuló, podría ser la razón de la prórroga en el periodo establecido para pactar.
Aunque el economista advirtió que no se puede garantizar que 10 días sean suficientes para que Argentina logre concretar algo con los tenedores de bonos, apuntó que su visión personal es que “sí se va a llegar a un acuerdo”. Una situación que a su entender, sería muy beneficiosa para el país.
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