El régimen de Nicolás Maduro se radicaliza cada vez más. Luego de dejar a un lado las facultades constitucionales de la Asamblea Nacional y que el Tribunal Supremo de Justicia del Régimen designará a los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral y destituye a las directivas de los partidos políticos de oposición, la nueva arremetida vino desde el mundo militar.
El ministro de Defensa del régimen, Vladimir Padrino López, aseguró en el marco de la conmemoración del 5 de julio, que “la oposición jamás llegaría al poder político”. Unas declaraciones polémicas que surgen en medio del dilema dentro de la oposición si participar o no en las elecciones parlamentarias que se fijaron para el próximo 6 de diciembre.
El PhD en Ciencias Políticas, Ángel Álvarez, abordó el tema en el programa En Conexión conducido por César Miguel Rondón.
“La declaraciones de Padrino López tienen varias lecturas. Una de ellas es que está tratando de desincentivar la participación electoral, dejando ver que si el resultado desfavorece el gobierno, no lo van a reconocer las fuerzas armadas. Sin embargo, esto no es nuevo. El chavismo siempre ha dicho que es un partido cívico-militar y que las fuerzas armadas son chavistas y revolucionarias. Una segunda lectura, es que es una expresión de poder, por lo que manda un mensaje más allá de las fronteras venezolanas, dirigido a los países que están propiciando un encuentro entre los sectores venezolanos para propiciar el cambio político. Finalmente, el mensaje también estuvo dirigido al interior de su propio partido. Da una señal de unidad interna, demuestra que no hay fracturas y que la fuerza armada es la garantía de la unión”, explicó el experto.
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Estas declaraciones las hace en el ascenso de más de mil militares a los cargos de generales y almirantes, algo que distorsiona la estructura de las fuerzas armadas.
“Eso no es para coordinar actividades militares, sino para coordinar actividades políticas. Es un reconocimiento de la fuerza armada como una estructura de movilización política. Es la forma de asignarles a activistas del partido una determinada remuneración. Además se militariza cada día más la estructura del partido”, explicó Álvarez.
Frente a este escenario, la oposición queda más disminuida y sin margen de maniobra.
“Es claro que el gobierno ha diseñado unas elecciones a su justa medida. También está diseñando una oposición a su medida. Serán unas elecciones que no se parecerán en nada a las de 2005, las de 2010 o las de 2015. Estas elecciones no serán competitivas, sino controladas por el ejecutivo”, dijo Álvarez.
La oposición venezolana se encuentra dividida y con muchos conflictos internos, después de los fracasos del 30 de abril y de la “Operación Gedeón”.
“Unir a la oposición es un reto y le corresponde a nuevos actores políticos. Hubo una generación que se le pasó su tiempo, producto de graves errores cometidos en los últimos años. La población sabe que la oposición está fragmentada y que no hay una sola oposición. Hay cinco grupos opositores con agendas totalmente distintas e incompatibles para formar un bloque unitario”, explicó el experto.
América Digital
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