El conflicto de Nagorno Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán se sigue incrementando. Se cumple casi una semana de la escalada armada y se comienza a recordar la guerra en el Cáucaso Sur.
Susana Mangana, Profesora universitaria con doctorando en Estudios árabes e Islámicos, en la Universidad Autónoma de Madrid, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Tenemos que entender que el conflicto por el enclave de Nagorno Karabaj, un territorio que internacionalmente se reconoce que pertenece a la República de Azerbaiyán, es motivo de conflicto con la República de Armenia desde finales de la década de los 80. Es decir, desde la disolución de la Unión Soviética y por tanto es uno de los conflictos heredados de esa etapa. Por supuesto, también han intervenido potencias extranjeras como Turquía, Rusia e Irán”, explicó Mangana.
Después de tanto tiempo de conflicto, queda la duda del por qué se intensifica en estos momentos y cuál es el interés de Azerbaiyán y de Armenia.
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“Lo que ocurrió fue que cuando se desmoronó la Unión Soviética, el Parlamento Autónomo de esa región votó para ser parte integral de Armenia, a pesar de que el Partido Comunista ruso había dicho que Nagorno Karabaj era parte de Azerbaiyán. Ese es el origen del conflicto. Azerbaiyán desestimó los movimientos separatistas de Nagorno Karabaj, pero Armenia los apoyó. Sin embargo, Rusia no apoyaría que esa región pertenezca a Armenia. Si bien desde el Kremlin apoyan a Armenia con armamento en este conflicto, Turquía hace lo propio con Azarbaiyán”, agregó la entrevistada.
Mangana también destacó que no se sabe cuál fue la causa de los enfrentamientos del pasado domingo, pero Azerbaiyán está repeliendo los ataques, mientras Armenia hizo un llamado a los reservistas para que estuvieran alerta para salir al frente de batalla.
“Lo que se teme es una escalada de tensión que involucre a otras naciones y que pueda llegar a la OTAN, porque desde hace mucho tiempo se tiene un tablero de ajedrez en la zona. Los peones son Azerbaiyán y Armenia, pero están las potencias regionales como Irán, Turquía y Rusia. Irán se ha ofrecido como mediador. Lo que tememos los analistas, es que mientras cada país está ocupado resolviendo el tema del COVID-19, Rusia y Turquía lleven a cabo su propia estrategia geopolítica. Estas naciones no se van a enfrentar directamente, porque son aliados en otros frentes, pero pueden aprovechar el conflicto para extender sus tentáculos geopolíticos en esa región”, dijo la experta.
América Digital
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