En su editorial del 17 de agosto, César Miguel Rondón destaca que En una reciente pieza editorial publicada en el Portal el Pitazo, titulada “Salvar la educación es también con usted”, se pregunta, Luisa Pernalete, educadora de Fé y Alegría en zonas populares por más de 40 años en Venezuela, ¿Tendremos escuela el próximo año escolar? ¿Tendremos suficientes maestros para atender alumnos, presencialmente o a distancia? ¿Volverán los muchachos en septiembre? ¿Podremos reducir la brecha entre atendidos y excluidos o se incrementará?
Luego, el presentador cita a Pernalete: “hay que pensar en septiembre, si es que seguimos pensando que la Educación de un país es imprescindible para sembrar presente y futuro. Y la educación, como la salud, es base para tener país, para tener ‘patria’. La Educación no puede ser preocupación –y ocupación– sólo para los educadores, nos debería preocupar y ocupar a todos, aunque con diferente peso y diferentes roles”.
El periodista también afirma que el secretario General de la ONU, Antonio Guterres, recordó el 4 de agosto que el cierre de escuelas debido a la pandemia de COVID-19 ha afectado a cerca de 1.600 millones de estudiantes de todas las edades y en todos los países, con repercusiones inmediatas y de largo plazo en ámbitos como la nutrición y el matrimonio infantil, así como la igualdad de género. Advirtió también que a causa del impacto económico de la crisis sanitaria, casi 24 millones de estudiantes desde primaria hasta la universidad podrían abandonar las clases.
Definitivamente, en el mundo entero ha sido notoria la desigualdad de acceso a la educación, cuando se ha brindado de forma digital porque no todos los alumnos tienen acceso a ella.
Luisa Pernalete, forma parte valiosa de ese proyecto educativo que es Fé y Alegría, y en estos momentos con retos de toda índole, presupuestaria, acceso al transporte, a la luz, al agua y al internet, los docentes de Fé Y Alegría han mostrado una acción creativa y muy comprometida.
Fé y Alegría ha demostrado como lo señala Pernalete: que “si tienes maestros creativos y con vocación de héroes, es posible llegar a más muchachos, es posible que con limitaciones los chicos puedan mejorar sus competencias, si se mantienen lazos afectivos, el estudiante –sabiéndose y sintiéndose importante– permanecerá, no abandonará, pero necesitamos esos maestros, porque sin maestros no hay escuela”.
Es el momento entonces de apoyar a los docentes en toda Venezuela. Si los trabajadores de la salud son de primera línea y requieren recursos, pues los educadores constituyen por sí mismos la delgada línea entre progreso y caos. El compromiso es de todos.