En su editorial del 11 de agosto, César Miguel Rondón destaca que La decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de presentar a Mauricio Claver- Carone, de nacionalidad estadounidense, como candidato en la votación que tendría lugar entre el 12 y 13 de septiembre ante la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una de las principales fuentes de financiamiento de proyectos de desarrollo e investigación en América Latina y el Caribe, ha generado tensión y animadversión en la región.
Igualmente, el presentador destacó que esta candidatura, inédita en la historia del organismo financiero de desarrollo, fundado en 1959, rompería una fuerte tradición de presidentes latinoamericanos, pues son los países de esta región los únicos beneficiarios, principio defendido por el propio presidente estadounidense de entonces, Dwight Eisenhower.
Muchos ven en la candidatura, Claver-Carone, asesor actual de Donald Trump para América Latina y el Caribe, una jugada de campaña política, pues su designación sería visto positivamente por la comunidad cubana-estadounidense y también la venezolana, residenciadas en Florida. Adicionalmente, sería una acción para frenar el crecimiento de la influencia china en la región.
Rondón también indica que la propuesta ahora es posponer la elección del presidente del BID. El presidente Sebastián Piñera de Chile pidió un aplazamiento de las elecciones hasta 2021, a la que se han sumado Argentina, México, Costa Rica . Y la Unión Europea está presionando a sus países miembros que son accionistas del BID para ese fin, de manera de despolitizar la decisión.
Las razones de la administración Trump además de ser políticas podrían sustentarse en el peso que el apoyo financiero de ese país por sí solo tiene en el organismo. Estados Unidos tiene un 30% de las acciones en la entidad, los 26 países latinoamericanos apenas un poco más del 50% y Canadá, 16 países europeos y algunas de las principales potencias asiáticas e Israel, casi un 20%.
Finalmente, el periodista agrega que por lo pronto, habrá que esperar qué ocurre de aquí a septiembre y si podrá mantenerse como hasta ahora, este vital organismo financiero, fuera del alcance de las estrategias geopolíticas circunstanciales de las grandes potencias. Apostamos por ello.