Las pruebas de la vacuna contra el COVID-19 que desarrollan la farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford fueron puestas en pausa por precaución.
La medida fue tomada, luego de que uno de los voluntarios que recibió la dosis, presentara una reacción grave, informó este martes un portavoz de Oxford.
Luis Miguel Vence, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Lo que pasó es que hubo una reacción adversa a la vacuna. A una persona le dio una mielitis transversa. La mielina es una sustancia que recubre los nervios del cuerpo y la mielitis transversa afecta la médula espinal, causando dolor, debilidad muscular y en algunos casos parálisis. Esto es algo que siempre pasa en los ensayos clínicos. Esta es una vacuna completamente nueva, hay que estudiar sus efectos y hay evaluar la característica del paciente, para determinar por qué sucedió la reacción adversa. Esto es algo normal”, explicó el doctor.
Aunque es algo normal en el proceso de desarrollo de vacunas, esto significa que se retrasará la creación y la producción de la vacuna contra el COVID-19.
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“La vacuna de AstraZeneca era la que estaba más avanzada. Esto retrasará su puesta en el mercado. Es posible que otras empresas salgan con su vacuna, pero hay que tener garantía de que la vacuna sea segura. Generalmente las pruebas se hacen entre 30.000 y 50.000 personas. Todo dependerá de la incidencia de la enfermedad en la población. Hay que esperar que las dos poblaciones estén expuestas al virus, a quienes se les suministró la vacuna y a quienes recibieron el placebo. Se estima que a finales de año o a principios de 2021 la vacuna esté lista”, destacó el especialista.
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