Urge dibujar los efectos que las medidas adoptadas o dejadas de adoptar durante la pandemia han tenido sobre la confianza en gobiernos e instituciones, así como con la satisfacción con la democracia y cómo se percibe en el presente a los líderes populistas.
Mientras algunos estudios hablan de un aumento en esos niveles de satisfacción, otros han señalado un incremento en la demanda de líderes más fuertes. Con el confinamiento y las medidas de vigilancia y seguimiento a personas, ha cambiado la disposición de los ciudadanos a renunciar a su libertad individual y, en general, ha generado una creciente preferencia por gobiernos técnicos e, incluso, de tintes autoritarios.
En medio de esto, se dan las consecuencias sanitarias y económicas de la pandemia que han dejado al desnudo las desigualdades. No se enferma ni accede a servicios sanitarios una persona de bajos recursos frente a otra que los da por descontado. Lo mismo ocurre con el desempleo generado tras la pandemia. En el caso de América Latina y el Caribe, la crisis del coronavirus podría dejar hasta 10 millones de personas más en la pobreza.
Según reporta Associated Press, Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, quien dejará su puesto a finales de septiembre, advirtió sobre los peligros del populismo que podría surgir el año 2021 y en el 2022 en Latinoamérica debido a desigualdades sociales que habrían aumentado en la pandemia. Moreno afirmó, en una conferencia digital organizada por el foro investigativo y de debate Americas Society/Council of the Americas, que “Es muy fácil volver a las antiguas costumbres. ¿Y cuales son esas viejas costumbres? Pues que la desigualdad siempre germina en populismo” Y añadió que hasta que haya una vacuna contra el COVID-19 y la gente se vacune, la normalidad podría tardar en llegar al menos un año y, después de eso, muchas elecciones
están previstas en la región
“Tenemos que ver cómo de eficientes son estos gastos. Hay muchos gastos que no son eficientes. Muchas veces dinero que debería ir a los más pobres no llega a los más pobres” Ya en otro foro en agosto, organizado por EL TIEMPO, Moreno León había advertido que :“Si nos vamos por un camino que divida más y anime más las propuestas populistas, nos vamos a enterrar más. Por eso se requieren los mínimos acuerdos políticos para hacer ese conjunto de reformas que son más que necesarias para poder salir de esto” Moreno León ha sostenido que saliendo de la crisis, debido al alto endeudamiento y nivel de gasto, los estados serán más grandes y el cuestionamiento sobre la eficiencia de los mismos será fundamental, por lo cual se deben reinventar los gobiernos desde el punto de vista de eficiencias y lo que puede hacer.
“Los que se queden en la noción de polarización política solo se van a trabar más. Debemos converger hacia las grandes reformas que hay que hacer y que permitan reconstruir mejor” El riesgo del incremento del populismo en América Latina y el mundo está presente. No olvidemos que muchos textos y estudios han dejado en claro que los populistas tienden a ser expertos tanto en explotar como en producir crisis en su beneficio político. Como señala Cas Mudde, politólogo holandés que se centra en el extremismo político y el populismo en Europa y Estados Unidos, la derecha radical populista contemporánea se ha beneficiado política y electoralmente de la explotación de las tres crisis más importantes del siglo XXI: los ataques terroristas del 11 de septiembre, la crisis financiera global de 2008 y la llamada “crisis de refugiados” de 2015. Y ¿cómo lo ha hecho? Cas Mudde afirma que “La derecha radical populista ha tratado de utilizar estas crisis para convertir en chivo expiatorio a personas racializadas, inmigrantes y minorías, y para legitimar una serie de políticas nativistas y excluyentes”.
¿Qué ocurrirá entonces con esta nueva crisis? ¿quiénes aprovecharán la insatisfacción con sus gobiernos ahora más visible en cifras humanas? ¿quiénes, la tendencia a aceptar limitaciones a las libertades individuales en pro de asegurar la salud de todos? ¿quiénes, la necesidad de sentirse seguros bajo un líder autoritario y firme? ¿Estaremos ahora frente a un nuevo tipo de populismo, el covid populismo, como consecuencia del virus?