Hace 19 años el mundo se estremeció con lo fue uno de los ataques terroristas más importante de la Historia. La mañana del 11 de septiembre de 2001 será recordado como uno de los días más trágicos de la humanidad. Cerca de las nueve de la mañana un avión comercial impactó una de las Torres del World Trade Center de Nueva York. Minutos después otro avión impactó con la otra torre y a las horas ambos edificios se desplomaron.
De esta forma uno de los símbolos urbanos de todo el mundo fue destruido por el terrorismo. Osama Bin Laden, líder de Al-Qaeda se responsabilizó del atentado terrorista y de las 3.000 muertes causadas ese día. La Historia contemporánea cambió ese día y se originó el conflicto de la nueva era, la guerra contra el terrorismo.
Después de 19 años las imágenes todavía causan impresión, tristeza y horror. William Rodríguez, sobreviviente del 11 de septiembre relató lo vivido en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Trabajaba en las Torres Gemelas. Estuve trabajando por 20 años, era la persona encargada de limpiar las escaleras. Limpiaba 110 pisos diariamente. Ese 11 de septiembre me levanté y hacía un día precioso. Decidí no ir a trabajar para quedarme en casa. Llamé al supervisor y le pedí que me pusiera un día de enfermedad. Él no me aprobó el permiso y me rogó que fuera porque nadie más quería o podía hacer ese trabajo. Le respondí que si me marcaba la tarjeta como si hubiese llegado a mi hora iría a trabajar. Llegué al trabajo a las ocho y media de la mañana. Me fui directo al sótano de la torre norte. A las 8:46 de la mañana se escuchó un impacto similar a una explosión. Todos entramos en caos. Nadie sabía manejar la situación”, relató Rodríguez.
El sobreviviente del 11 de septiembre también destacó que pudo apreciar personas quemadas, con la piel colgando.
“Nadie quería tocar a un señor que estaba quemado y con sangre. Al momento que voy a llamar a servicios médicos, se escucha otra explosión y comienza a temblar. Por momentos creíamos que era un terremoto, porque estábamos en el sótano. Como trabajaba desde hace 20 años en las torres, sabía todos los caminos. Comienzo a liderar a un grupo de 15 trabajadores y los llevé fuera del edificio en por el área de carga y descarga. En ese instante llegó una ambulancia y escuchamos que un avión había impactado la torre. Toda la gente estaba mirando hacia arriba”, añade el entrevistado.
Ya en ese momento había personas que laboraban en los pisos más altos que al no poder salir de la torre se lanzaban por las ventanas. El drama, el miedo y el terror invadía a la ciudad de Nueva York.
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“Cuando miro hacia arriba y no veo la antena de la torre norte, pienso en el restaurante Windows of the World, un local que quedaba en los pisos 106 y 107 de la torre. Frecuentaba ese restaurante porque me daban el desayuno gratuito todas las mañanas. Si hubiera llegado a tiempo al trabajo, hubiese estado desayunando cuando se estrelló el avión. Por el sótano regresé a la torre y fuí directamente a la torre sur, pero el centro de control de operaciones estaba vacío”, añade Rodríguez.
El caos era tal que lo único que había era confusión. Todos los rociadores contra incendios se activaron y producían un ruido ensordecedor.
“Llegué a donde estaban los ascensores y escuché gritos. Eran dos personas que estaban encerradas gritando que se iban a ahogar. Resulta que el agua de los rociadores estaba cayendo por el ducto central de ese elevador y se estaba inundando. Busqué unas escaleras en el área de electricista y pude sacar a estas dos personas”, recuerda el entrevistado.
Rodríguez narra que la tercera vez que regresó a la torre, pudo salvar la vida de cientos de personas con una de las llaves maestra de las torres.
“En el World Trade Center hay cinco llaves maestras. Cuando regresé por tercera vez, un policía me preguntó si tenía la llave y le respondí afirmativamente. Comenzamos a subir las escaleras. Con la llave podíamos abrir todas las oficinas, sacabamos a la gente, les decíamos que fueran por las escaleras. Así estuve piso por piso. Hasta que llegué al piso 27, donde estaba un hombre en silla de ruedas con un ataque de asma. Y al llegar al piso 39, comiencé a bajar para sacar al hombre que estaba en silla de ruedas. Ya la torre sur se había desplomado y al sacar a la persona miré hacia atrás y ví a todos los cuerpos de las personas que se habían lanzado por la ventana”, expresó.
Rodríguez afirmó que vivir este acontecimiento le cambió la vida por completo. “Después de ese día, fue el comienzo de mi segunda vida”
América Digital
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