Iglesia en Colombia asegura que el COVID-19 la dejaría en “quiebra total” en agosto

El Arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda, manifestó su preocupación por el impacto que ha tenido la pandemia del coronavirus en la Iglesia en Colombia debido a las prohibiciones para que los fieles asistan a los cultos.

El cardenal Primado de Colombia aseguró, en entrevista con el diario La República; que las medidas de confinamiento y las restricciones para que se realicen eventos masivos; como las eucaristías, ha afectado gravemente sus finanzas.

“Estamos a punto de reventar porque son tres meses de cero ingresos y 100% gastos. Algunos obispos estamos tratando de generar solidaridad entre parroquias un poquito más pudientes para que ayuden a sostener la nómina y el mercado de los sacerdotes”, indicó Rueda.

El Arzobispo resaltó que la prioridad es proteger la vida de las personas en medio de la pandemia y por eso la Iglesia ha acatado todas las medidas sanitarias y ha difundido el mensaje de autocuidado en las regiones.

De acuerdo con Rueda, el 90 % de los ingresos de las iglesias provienen de las ofrendas de los feligreses con las que se pagan las nóminas y financian más de 50.000 programas sociales en el país.

Precisamente, la mayor preocupación está relacionada con el sostenimiento de las obras sociales como los colegios, hogares geriátricos, centros de rehabilitación y asistencia social para comunidades vulnerables.

“El quiebre total, cuando quedamos ya en quiebra sería en agosto. Estamos raspando lo último que hay. Desde el punto de vista financiero, laboral y económico. Están llegando los recibos de los servicios, los gastos de nóminas y los seguros de los carros en los que nos transportamos”, indicó Rueda.

El Arzobispo también aseguró que han tratado de hacer un esfuerzo “descomunal” para no despedir a los trabajadores y ayudantes de las parroquias en medio del coronavirus

En ese sentido, el máximo jerarca de la Iglesia Católica en Colombia ha pedido al Gobierno Nacional que habilite la apertura de las parroquias; ya que se tienen listos los protocolos de bioseguridad.

“Estamos echando mano a los poquitos recursos que teníamos ahorrados y los estamos compartiendo internamente; es como una pobreza vivida con dignidad y con fraternidad y solidaridad, pero se nos están agotando” dijo al diario La República.

Además, resaltó que las eucaristías ya no serán las mismas como antes de la pandemia del coronavirus.

Por ejemplo, en las iglesias quedará prohibido el saludo de mano y la comunión no será distribuida por los sacerdotes en la boca.

Asimismo, los aforos en los templos se verá considerablemente reducidos para cumplir con las medidas de distanciamiento social y se evaluará el número de cánticos.

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