Comenzó a regir la norma que prohíbe la caza deportiva en Colombia. Un acontecimiento importante para garantizarla protección de la fauna silvestre. Así las cosas, a partir de ahora, quien intente practicar la caza deportiva en el país tendrá que responder penalmente.
Desde febrero de 2019, la Corte Constitucional profirió la sentencia C-045 en la que prohibió la caza deportiva en Colombia, debido al daño y maltrato al que eran sometidas las especies.
No obstante, la Corte estableció un plazo de un año para que quienes realizan esta práctica pudieran adecuarse a la nueva norma.
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Finalmente, dicho plazo llegó a su fin, por lo que a partir del pasado 21 de agosto entró en vigencia la sentencia de prohibición de la caza deportiva y, con ella las sanciones penales para quien practique la caza de animales silvestres, salvajes y sus excepciones en Colombia.
“La caza deportiva es una forma de maltrato injustificada, que no cuenta con un arraigo cultural ni religioso, una actividad incompatible con la Constitución”, indicó el alto tribunal de Colombia.
Por su parte, AnimaNaturalis, organización que apoyó la demanda, señaló que dentro de las especies más afectadas por la caza en Colombia se encontraban especies mayores como el jaguar y la danta; especies medianas como el ciervo, armadillo, pecarí y primates; y especies menores como guguas, liebres, picures y conejos, y aves como el paujul, gualilo, pava, torcaza y tórtola.
Asimismo, la Corporación Autónoma Regional de Boyacá (Corpoboyacá) ofició a los alcaldes de los 87 municipios de la jurisdicción para que socialicen y así puedan dar control y cumplimiento a la medida.
“Es importante que se efectúe la divulgación de la decisión por medio de campañas de tipo educativo, para lo cual los alcaldes podrán contar con el apoyo de la Oficina de Participación y Cultura Ambiental de Corpoboyacá”, señaló Herman Amaya, director de Corpoboyacá.
De esta manera, con la entrada en vigor de la norma que prohíbe la caza en el país, Colombia da un nuevo avance en materia legal de protección animal, uno de los mayores retos que ha tenido la nación.
“El sacrificio de la vida de un ser vivo por el hombre es una forma extrema de maltrato en cuanto elimina su existencia misma y es un acto de aniquilamiento. Cuando es injustificada, la muerte de un animal es un acto de crueldad, pues supone entender que el animal es exclusivamente un recurso disponible para el ser humano. La caza deportiva, en fin, es un acto dañino en cuanto está dirigida a la captura de animales silvestres, ya sea dándoles muerte, mutilándolos o atrapándolos vivos”, explica la Sentencia C-045/19.
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