Tras más de un año de pandemia, el mundo sigue luchando contra el COVID-19 a través de las masivas campañas de vacunación pero todavía existen muchas incógnitas sobre aspectos desconocidos como los efectos a largo plazo que puede dejar este virus.
La comunidad científica ha mostrado su preocupación por las secuelas o efectos que está dejando el coronavirus en la población ya que se ha establecido que muchas personas contagiadas con COVID-19 están presentando síntomas semanas y meses después de haber superado la infección.
En ese sentido, los expertos han podido identificar estos síntomas que no solo evidenciarían el contagio previo con el virus sino los efectos prolongados que está dejando el COVID-19 en la salud de las personas, independiente si fueron asintomáticas o requirieron una hospitalización.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) han explicado que estos síntomas del denominado COVID- largo o prolongado pueden durar meses después de haberse contagiado o superado la infección y se puede manifestar en personas que tuvieron una sintomatología nula, leve o grave durante este periodo.
Síntomas más comunes del COVID prolongado
- Cansancio o fatiga
- Dificultad para pensar o concentrarse
- Dolor de cabeza
- Pérdida del gusto o el olfato
- Mareos al levantarse
- Corazón con palpitaciones rápidas o fuertes
- Dolor de pecho
- Dificultad para respirar o sensación de falta de aire
- Tos persistente
- Dolor muscular o en las articulaciones
- Depresión o ansiedad
- Fiebre
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En ese sentido, los científicos han empezado a realizar investigaciones amplias para poder entender por qué algunos enfermos de COVID-19 muestran luego de varios meses síntomas como un cansancio extremo, dificultades respiratorias o problemas neurológicos y cardíacos a veces graves.
La preocupación es que esta sintomatología puede afectar las labores que desempeñan las personas durante su vida cotidiana y en algunos casos representaría un presión sobre los sistemas de salud teniendo en cuenta que este tipo de afecciones requerirán atención médica.
Fatiga
Los investigadores han evidenciado que la fatiga y cansancio son unos de los síntomas más comunes que están presentando las personas contagiadas o que se ha prolongado en las que ya superaron la infección del COVID-19.
Un estudio de la Universidad de Washington (UW) pudo establecer que aproximadamente el 33 % de los pacientes de COVID-19 que no requirieron hospitalización vienen presentando síntomas como fatiga, pérdida de olfato o del gusto y confusión mental meses después de superar la enfermedad.
“Nos sorprendió que un tercio de las personas con enfermedades leves todavía presentaran síntomas. Si contrae el COVID-19 , es muy probable que experimente un efecto prolongado”, indicó Jennifer Logue, investigadora de enfermedades infecciosas de UW.
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Asimismo, los dolores de cabeza y muscular también se han convertido en unos síntomas frecuentes que la comunidad científica no ha podido entender por qué persisten con el paso del tiempo; por lo que los expertos han alertado sobre la afectación a la calidad de vida de las personas que vienen generando este tipo de efectos post-COVID-19.
Confusión y problemas mentales
Un estudio publicado en la revista especializada The Lancet Psychiatry ha logrado evidenciar que una de cada tres personas contagiadas con COVID-19 viene presentando problemas de salud mental (neurológicos o psiquiátricos) hasta seis meses de haber registrado la infección.
De acuerdo con la investigación, más del 30 % de los pacientes que se recuperaron del virus están presentando problemas de salud mental como ansiedad (17%) y alteraciones del humor (14%), los cuales son los diagnósticos más frecuentes en estas personas que tuvieron una infección previa de coronavirus.
Además, también se viene presentando una incidencia de problemas neurológicos como las hemorragias cerebrales (0,6%), accidentes vasculares cerebrales (2,1%) y demencia (0,7%), con cifras que son inferiores pero que registran un mayor riesgo entre pacientes que estuvieron gravemente enfermos del COVID-19.
Otro de los síntomas que se ha vuelto recurrente es la dificultad para dormir generando afectaciones en la calidad de vida de las personas ante la imposibilidad de tener un óptimo descanso para realizar sus actividades cotidianas.
De esta forma, las secuelas que está dejando en los enfermos del COVID-19, especialmente en la población joven, han encendido las alarmas de los expertos ya que aún no se ha podido determinar por qué se viene presentando este efecto y las consecuencias en la salud de las personas.
Finalmente, mientras el mundo avanza con las campañas de vacunación y controlar la incidencia de la pandemia, la comunidad médica ha hecho un llamado a realizar estudios más amplios para entender porqué este virus está generando efectos a largo plazo, a pesar de que las personas superaron la infección, y las consecuencias que esto podría tener en la salud de la población.
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